El 26 de septiembre nada va a cambiar. El 27, su vida será igual o peor (dada la deplorable situación económica de Venezuela), con la única diferencia de que verá al político que prometió defenderle y luchar por los valores que le preocupan (“la inflación”, “la inseguridad”, etc.) darle la espalda, como saliendo sigilosamente de la habitación sin hacer ruido después de contratar a una prostituta. La diferencia, claro, es que por lo menos a ella le dejan unos cuantos billetes en el mostrador.
La enfermedad de Venezuela no se cura con elecciones. El remedio no está en la sustitución de un color por otro. Los grandes dilemas del PetroEstado y sus inclinaciones al clientelismo, el populismo y la corrupción, no serán resueltos por algún Mandela venezolano. Acá, nadie va a ganar el premio Nóbel de economía por sembrar el petróleo.
PDVSA ha sido privatizada, en una movida genial que evitó el lógico malestar social que hubiese creado de ser obra de CAP o Caldera. Gracias a la politiquería de un personaje dicharachero y simpaticón, ahora los recursos de Venezuela se encuentran repartidos entre transnacionales como Chevron, Repsol y BP y un solo partido político, que representa una fracción de la población.
Dicho partido ha caído en actos fallidos preocupantes que, en un país normal, hubiesen sido motivo de escándalo. La enfermedad venezolana, manifestada como la posesión y el control *total* del poder en la sociedad, ha carcomido al chavismo, como Gollum con su anillo. Los lapsus y los faux pas están allí: “hay que limitar la libertad de expresión“, escuchamos; “la división de los poderes es un concepto burgués“, “PDVSA es roja, rojita”, “One Chot dice que es venezolano pero vive en España“. El PSUV, regordete y rozagante como cochino un viernes antes de la parrilla, se niega a manifestar lo inaceptable de estas declaraciones, porque su lealtad no es con La República, o La democracia, sino con el partido, el Presidente, el pueblo (todos estos significan lo mismo).
Es cierto que nada de esto cambiará el 26S. Pero si el PSUV logra una mayoría aplastante en el Congreso, la cruzada por el irracionalismo anticientífico de disparates que sólo buscan complacer al líder, desde el ataque a las Instituciones Culturales, las Universidades y los medios de comunicación, hasta las ridículas leyes secas en Semana Santa y prohibiciones de juegos de video, se intensificarán. Chávez dice “brinquen” y en la Asamblea aprietan los esfínteres y se propulsan para tratar de tocar el cielo con sus narices, sin preguntar por qué. El diputado que llegue más alto se gana una aduana.
La mala noticia es que si usted amanece el 27 con una Asamblea controlada por la oposición, esto tampoco significa que ellos velarán por sus intereses. Bájese de esa nube: aparte de los eslóganes convenientes y coyunturales contra la delincuencia o la inflación, usted jamás escuchará a esa gente hablando por usted, representándolo. Cuando el Titanic se hunde, las ratas no se ponen altruistas: Tratan de que las elijan a la Asamblea para así tener guardaespaldas y evitar que tiroteen a su familia. Piense en la introducción de El correcaminos: se congela la imagen y usted lee, “homo politicus venezolanus: vampirus petrolíferus”.
Observar una sesión de la Asamblea después del 26S (si es que lo permiten, no vaya a ser que estén viendo páginas pornográficas) será como asistir a las olimpiadas para retardados mentales. Una carrera de cien metros entre oligofrénicos torpes y desorientados. Lo mejor que usted puede hacer es preparase un balde de cotufas, entretenerse y gritarles, “por su show, cien bolívares”. Diviértase. Tomárselo en serio es producirse una úlcera.
Por eso, una vez hechas estas aclaratorias (pesimistas, nihilistas o como quieran llamarlas, yo las llamo realistas, y no por el Rey), ¿qué actitud podemos tomar ante las elecciones? Simplemente, la posición Avatar: el saber que la película es una mierda pero que la vamos a ver sólo por los efectos especiales. Es el voto punk, el voto revanchista. Me has jodido la vida durante estos últimos cinco años, ahora te voy a llenar la Asamblea de bichos que sólo se dedicarán a llevarte la contraria, porque quiero verte la cara.
El voto anti-arrogante, el voto contra-demolición: No sé ustedes, pero yo daría la mitad de mi sueldo por volver a ver a Chávez susurrando como niño malcriado que es una victoria de mierda. Por su show, mil bolívares. Eso, vale mi voto.
Esa escena, más el futuro prometedor de ver a Cilia Flores gritando (allí es cuando se pone más sexy y deseable) y, ¡Dios, qué voy a decir!, la posibilidad de tener otro punto de vista en la Asamblea, harán mi día de Harry el sucio. Seamos sinceros: el espectáculo actual en la Asamblea es aburrido. Es de un jalabolismo insoportable. Ya que estoy convencido de que en ese recinto no se arreglará nada (aunque claro que pueden pasar leyes para jodernos más, he allí lo divertido), pues quiero escuchar dos versiones de las cosas, no sólo una. Qué importa si la MUD propone leyes disparatadas. No será peor que la de Delitos Mediáticos. Que sea la posición de la CIA o el FMI, pues mejor: siempre quise saber qué opinaba el FMI sobre los Videojuegos violentos, o Family Guy.
La otra posición, la de los anarquistas como El Libertario, llamando a la abstención, no es que sea un suicidio, es que es aburrido. Si el PSUV domina la Asamblea, volverá a ser el salón donde se reúnen 165 babosos a discutir dónde van a almorzar con el dinero público. Sería como ver el canal de televisión ese dedicado a la pesca (“parece que va a morder… No. Esperemos”).
Además, estemos claros: La MUD está lejos de tener la igualdad de condiciones requerida en una contienda democrática. El PSUV controla el CNE y el TSJ, ha reorganizado las circunscripciones electorales y copiado el sistema proporcional de representación que le dio la victoria en el 2000 a George W. Bush, con la minoría de votos. Utiliza los recursos de PDVSA para financiarse. Utiliza los espacios públicos. En fin, nada que no sepamos.
Digamos que si la MUD saca la mayoría, no sería nada corto de un Maracanazo político. Y entre la Doctrina del Shock aplicada por Chávez con la violencia ciudadana para privatizar nuestro petróleo y reforzar la corrupción, los twitteros presos, y sus declaraciones de que el hombre nunca llegó a la Luna, un poco de entretenimiento no es mucho pedir.
Chávez no va a salir del poder el 26S. Los atropellos se seguirán cometiendo, simplemente porque el PSUV controla todas las instituciones. El pueblo venezolano está más ensartado que Sasha Grey. Así que pedir ver a Chávez quejándose otra vez de las “victorias de mierda”, seguido de Cilia Flores, Dario Vivas et al., gritando y corriendo en la Asamblea como cucarachas ante el gallo “de la invasión gringa”, hasta los opositores tratando de pensar e hilvanar alguna idea coherente; me parece suficiente entretenimiento que pedir por un voto.
¿O acaso nunca vieron el capítulo ese de Corky donde él trata de hacer Surf? No es maldad, pero eso era para desternillarse de la risa. Y ver a políticos venezolanos tratando de legislar “democráticamente” y “llegar a un consenso” equivale a ver a nuestro trisonómico favorito balanceándose en una playa de Hawaii. Es entretenimiento garantizado. En este mundo, reírse es de las pocas gratificaciones a las cuales podemos aspirar.
Muy buena entrada. Como escribiera Vargas Llosa en La Tía Julia y el Escribidor: merecerías haber nacido argentino.
Una gran parte es el estado petrolero. Ahora bien, no me canso de repetirlo: la mentalidad venezolana no ha cambiado casi nada desde hace dos siglos. He citado varias veces a Humboldt con sus descripciones de la Venezuela de 1799-1800. Cuanto más, los males de aquel entonces se han acentuado. El orgullo medieval, el “eso me lo gané yo porque me sacrifiqué por la patria”, el elitismo o la absoluta resignación a vivir en un mundo sin historia o vivir solo viendo el futuro, solo el presente o solo el pasado:
todas esas cosas nos vienen de aquel entonces.
A España apenas llegó el renacimiento. A Venezuela no llegó nunca. Siempre han llegado las imágenes, nunca el contenido.
Lee a Alexander von Humboldt en Venezuela.
Yo noto un cambio reciente en el Zeitgeist venezolano (y esto lo voy a decir sin ningún estudio o comprobación, para qué están los blogs; allá ustedes si se los toman en serio 😉 Digamos que, los “valores” o “memes” que yo escuché creciendo en Venezuela (y que he contrastado con otra gente de mi generación y la de sus padres), era el hecho de poder “echar para adelante” con educación, trabajo y esfuerzo. La generación que me precedió, la de mis padres y la intermedia, vivió una magnífica ascensión social gracias a la Universidad. Mis suegros son del interior, mi suegra creció en casa de piso de barro. Sin embargo, ambos, por haber podido sacar adelante carreras superiores, lograron superarse, adquirir cierto confort económico y vivir vidas dignas.
Hoy en día, si le dices a un adolescente en Venezuela que “con trabajo, esfuerzo y estudio” saldrá adelante, lo más probable es que te mire como nosotros mirábamos a nuestros abuelos cuando decían que Ava Gardner era una mamacita. Lo más trágico, desde ese punto de vista, de la coyuntura actual, es la completa demolición de ese mito. Porque era eso, un mito: la ascensión social era bastante relativa pero la ascensión por política era garantizada.
Ahora, nadie cree en los estudios o en la formación. ¿Por qué hacerlo? Hasta hace poco, el Ministro de Cultura era un veterinario. El Canciller, chofer de autobús. Esto no tendría nada de malo si fueran luminarias en su terreno, que Churchill sea veterinario o chofer importa poco, porque es Churchill. Pero ninguno de los antes mencionados destacan por sus méritos prácticos, y si no tienen los teóricos tampoco… ¿por qué están allí?
La fachada ha caído, el Rey está desnudo. La gente que conozco no cree en nada, sólo quiere pegarse a la teta de PDVSA y chupar a esa Tongolele hasta dejarla seca.
Saludos.
Ahora suenas como Cicerón: “oh, tempora, oh, mores”. Mis padres pertenecen a un grupo parecido a los de tus suegros, aunque eran de una de las zonas más “civilizadas” del monte: pueblitos de alrededor del lago de Tacarigua. Ellos también remontaron esa cuesta. Ahora bien: para mí en parte lo que pasó es que la evolución fue repasada por la bomba demográfica y por el amiguismo partidista que carcomía y quitaba mes a mes la efectividad de esa educación.
La teta petrolera daba cada vez para menos. En parte nuestros padres y nosotros vivimos en el corto paréntesis NO MILITAR
que tuvo Venezuela. Yo pensaba que Venezuela tenía un carácter menos militar-dictatorial que otros países americanos, pero es mentira. Cuando los chilenos y HASTA LOS COLOMBIANOS tuvieron décadas de presis civiles, en Venezuela todos eran militarzuchos. Estos toleraron a los civiles mientras hubo suficiente petrodólar.
Por supuesto que el deterioro se ha ascelerado.
Un Boves llegó al poder.
Sí, recuerdo cuando leí “Las venas abiertas” y, a pesar de que Venezuela aparece mencionada, me parecía que estábamos lejos de esos países de gobiernos militares de los cuales habla Galeano. Recuerdo que en un capítulo, él narra un episodio (de no recuerdo qué dictadura milica) donde se prohibió la palabra “pueblo” por subversiva. La bobería llegó a tal extremo, que sitios llamados “pueblo nuevo”, tuvieron que cambiar su nombre por “asentamiento de personas nuevo”.
También recuerdo la elección a la alcaldía de Río o Sao Paolo, donde el eslogan de un partido era “trabajo”. El otro partido, ni tonto ni perezoso, tomó el eslogan, “más trabajo”.
Ganó el segundo.
Este tipo de fantochadas las veía tan lejos de mi país, un sitio con muchísimos problemas, pero donde al menos enjuiciamos a un Presidente por corrupción.
Hoy en día, ni hablemos de la palabra “pueblo” o de los eslóganes, de escoger a un militar violento y grosero, “por amor”.
Así estamos, la involución regresa, a paso de vencedores…
Vinz, hice un par de cosas: puse en una lista los municipios con nombres de militares en Venezuela y los compare con una lista aliatoria de un par de otros países suramericanos. La norma en otros sitios no es Bolívar/Santander, sino nombres dados en la conquista o precolombinos.
Luego conté los años en que tuvimos presidentes no militares
en el siglo XIX. Fueron 7. Entre 1900 y 1958 tuvimos menos de 7. En Colombia o el mismo Chile o Argentina tuvieron más.
Algo súper fascinante del cuento de Humboldt: en su diario él va describiendo paso a paso lo que halla desde Cumaná hasta la Cueva del Guácharo, desde la Guaira hasta Puerto Cabello y de allí hasta el Alto Orinoco, Angostura y de vuelta a Cumaná. En gran parte describe a los Llanos y dice de manera muy enfática cuán diferentes son los Llanos, cuán diferentes son sus habitantes del resto. Dice que tuvieron que ir en caravana con otros porque en aquel entonces los Llanos, al contrario que el resto de Venezuela, era muy inseguro. Allí, decía, se refugiaban miles y miles de criminales muy peligrosos, de matones, de gente con mucho resentimiento. Al final del capítulo de Venezuela vuelve a mencionar las posibilidades de la zona (porque admite que es difícil para la agricultura normal, pero deja entrever muy visionariamente que sus suelos pueden mejorarse) y resalta que es también la población de los Llanos con sus bandidos que representa un reto y un peligro para el futuro de Venezuela. Aunque Usted no lo crea…
Sabrás que tu padrino Ramírez Chacín, tu amigo Diosdado Cabello, nuestro presidente Chávez, nuestra diva Lina Ron y muchos más vienen de los Llanos. El tatarabuelo (o algo así) de Hugo era el matón de Maisanta.
Claro, Humbolt es el equivalente a Tocqueville viajando por América, sin duda.
Pero no hay que olvidar el legado de los gochos quienes, desde antes del siglo XX, ya dominaban la milicia y el gobierno.
Màs que una cosa de llaneros, creo que es una cosa de militaes…
Saludos
Sí, sí, está claro que antes gobernaron los milicos de los Andes. Pero es precisamente esto lo que muestra que hemos llegado a niveles aun peores. Vicente, sé que no todos los llaneros son así, pero últimamente tengo la impresión de que el nivel de agresión latente en la cultura llanera es peor que otras cosas que hayásemos tenido y esto tiene razones históricas muy específicas. Trujillo es parte de los Andes, pero es un caso especial, una especie de transición.
Yo creo que te pasaste de preciosista en el análisis. Muy bien por despotricar de todo el mundo, porque es verdad que la mayoría de los políticos son una mierda (gobierno y oposición), pero lo que nos pasa ahora es que tenemos que escoger entre un mal y una tragedia descomunal que se llama el poder eterno de Chávez y la cuerda de mediocres corruptos que lo rodean. Ante este dilema habrá que votar para tratar (digo tratar) de equilibrar el juego político, e incluso para poner en evidencia lo que ya está bastante claro: que Chávez es un dictador capaz de vender a su madre para quedarse en el poder. No somos suizos, como dijo aquel adeco, pero tampoco podemos resignarnos a que todo siga igual porque al final somos la misma mierda. En estos tiempos no valen estas generalizaciones que igualan moralmente a todos los que quieren poder, pues hay algunos que son, sin duda, peores que otros. Los resultados están a la vista. Los muertos, las salvajadas que se ven todos los días, y la destrucción de las pocas instituciones que teníamos, no nos dejan otra opción que votar, porque es una de las pocas herramientas civilizadas que tenemos en este mar de barbarie (por parafrasear al que te conté) que es la Venezuela de hoy.
Saludos, Moro:
Bueno, tenemos razones distintas para votar, lo cual no es malo. Yo no creo que nada se “equilibre” en la Asamblea, a menos que sea el equilibrio entre un grupo de babosos y otro grupo, algo que poco tiene que ver con la vida de nosotros. Por eso votaré simplemente para joderles la vida un rato a ellos y hacerlos caerse a gritos, que es la única recompensa que pueda recibir el ciudadano común en Venezuela.
Estoy de acuerdo, unos son peores, o menos malos que otros, pero ese argumento siempre lo he rechazado como para que me monten en el circo electoralero y me utilicen para promover a un partido.
Repito: Los cambios pueden y deben darse, pero poco tienen que ver con la política de todos los días y la forma en la cual se practica en Venezuela. Ahora resulta que los mismos bichos de oposición que insistieron en que había “fraude” en el revocatorio, obligaron al CNE a publicar la lista de votantes y dieron pie a que un facha creara la lista Maisanta, para después ir a exilarse en Miami y dejar a la gente acá desempleada y sufriendo el apartheid político; ahora resulta que esas mismas ratas son los abanderados de la libertad y la democracia. Cuéntenme una de vaqueros. Entre escoger a esos, o a los lamebotas chavistas, ¡carajo!, ¿qué es mejor, el cólera o la fiebre aftosa?
El voto sólo sirve para que se interesen en nosotros durante estos 15 minutos de fama, cuando nos ofrecerán tarjetas de crédito fenomenales o nos promteterán que sí les importa Brito, la inseguridad y la inflación.
Intento apartarme de esa lógica maniquea y plantear una especie de “nihilismo activo”: No future, pero no por eso me quedaré de brazos cruzados: les complicaré la partida y los obligaré a que ese esperpento de Asamblea que tenemos quede, ante los ojos de todos, como lo que es, un nido de serpientes.
En fin, ideas nada más.
Respeto tu posición, créeme que la entiendo y la comparto en cierta medida, pero tengo mi forma propia de hacer las cosas, una actividad que continuará, con las uñas, desde el underground, con la gente independiente y alternativa. Esa batalla que reclama espacios de existencia y de expresión (quimera loca del Niu Imaginarium, dirán algunos), jamás se va a detener porque ganen blancos o colorados.
Asi que sácales todo lo que puedas a esos desgraciados, reclama tu cédula del buen vivir y gástala toda en putas y curda, paga los menos impuestos que puedas y jamás le creas a un político venezolano cuando te diga que le importas.
Peace
Vicente, hay una cosa en la que creo que yerras. Los políticos no son solo los otros. Los políticos somos todos, incluyéndote. Quizás tengas apenas 22 años, pero igual tú eres un político.
Uno o se declara venezolano y contribuye a resolver este rollo y asume su responsabilidad o se olvida de Venezuela.
Coincido con Elmoro: hay unos malos, muy malos, tan malos que me dan ganas de vomitar…y hay otros que van a tener consecuencias fatales para Venezuela por décadas y décadas, consecuencias que dejarán como edad de oro al tiempo de AD/COPEI.
Yo jamás querré ser miembro de un partido y mucho menos trabajar de político o trabajar para un estado, pero para mí está claro: todos los ciudadanos de un país somos parte del problema o de la fortaleza.
La vaina es qué hará cada uno de nosotros. Estamos obligados a calcular lo mejor que podamos las consecuencias de un camino o del otro.
Kep’
Gracias por lo de 22 años. Hiciste a mi novia inmensamente feliz. Ella siempre quiso ser una asaltacunas.
Creo que uno de los problemas de toda esta discusión es que estamos hablando de lo mismo, pero con otras palabras. Digamos que todo el rollo radica en lo que definamos como “política”. ¿Es política el acto autista de ir a votar por unos u otros oligofrénicos cada lustro y luego echarnos para atrás y quejarnos sin hacer nada cada vez que toman decisiones que nos parecen erradas?
Porque esa parece ser la concepción subyacente al desespero de la “votación”: digo que el voto es útil sólo para legitimar a los opresores que nos harán la vida más difícil, y me acusan de “antipolítico”. ¿Acaso no es política el acto de hacer resistencia cultural? ¿Acaso no es la redefinición de los valores de la polis, el darle cabida a artistas y creadores marginados en nuestros Niu Imaginarium (http://www.moebius77.com/blog2/2010/04/niu-imaginarium-barcelona/)? ¿Acaso no es un reto más incipiente a los que controlan la cultura de antaño y la de hoy, el mostrarles el dedo medio, no necesitamos, ni queremos, su apoyo, reivindicamos nuestros espacios? ¿Puede haber algo más político que abrirle los ojos a la gente y explicarles que tienen el derecho de hacer cine guerrilla sin apoyo de nadie? (http://www.moebius77.com/blog2/2010/02/tecnologia-y-video-cortometrajes-sin-presupuesto/) ¿Existe forma más efectiva, a través del voto, de romper este sistema de exclusión/opresión, o perteneces a la Villa del Cine, o te pudres y te jodes?
Eso es, para mí, política.
Y vale más que los discursos inertes de aquellos que se rasgan las vestiduras y llaman a “movilizarse” y “votar”, para luego irse como niños a quejarse y darse por vencidos, creyendo que la única salida es pasar por las venas del poder y que no tenemos opciones.
Esos son los mejores apáticos, los más convenientes, los más manipulables, los que hacen que el país no avance: quienes no plantean, no piensan, no actúan, pero van de primeros a votar por Mendoza y luego se llenan la boca hablando de su “deber ciudadano”.
Ellos no son como nosotros.
Ellos no son como tú, que tienes años analizando la situación educativa de manera seria y consecuente, tratando de darle la vuelta.
De esa gente me separo, de esa gritadera histérica, de quien nunca hizo nada y ahora sale corriendo a “salvar al país” con un acto conductista prefabricado por el poder de turno. Esa es la anti-política, el entregüismo, el no-pensar y aceptar que las cosas jamás cambien.
La otra opción es larga, tortuosa, dolorosa y, sobre todo, implica que debemos pensar afuera de la caja.
Saludos
El problema, dear Vinz, es que “nuestros espacios”, como el Niu Imaginarium, le llegan a una minoría, por no llamarla élite, que ni pincha ni corta en Venezuela. Por otra parte, creo que el problema es más grave que simplemente la amoralidad de la clase política venezolana, sino que tiene que ver con la mayoría de la población, de la cual la clase política es su alter ego. Ya sea por herencia, rasgos genéticos, cultura, educación, costumbre, o lo que sea, los habitantes de nuestro país (no me atrevo a llamarlos ciudadanos) solemos cargar con una serie de taras morales y sociales que han sido perfectamente documentadas en diversas encuestas sociológicas, las cuales, por ser negativas y políticamente incorrectas no han tenido mayor difusión.
Si le pides a un venezolano que mencione tres virtudes y tres defectos de sus compatriotas vas a tener una idea clara acerca de la opinión que el venezolano tiene de sí mismo y de los demás. En la mayoría de las encuestas el venezolano ha respondido a las virtudes reconociéndolas en sí mismo (buen hijo, buen padre, honesto, trabajador, responsable, etc.) y los tres defectos (flojo, borracho, incumplido, padre irresponsable, deshonesto, tracalero, etc.) para describir a los demás. Si analizamos las estadísticas de madres solteras, hijos sin padres, alcoholismo, criminalidad, cumplimiento de horarios, dedicación al trabajo, veremos que los venezolanos somos, mayoritariamente, iguales a la mala opinión que tenemos de los demás.
Por supuesto que tus padres, los míos, los de tu novia, los de Kepler, Elmoro y varios más que deben estar leyendo tu blog no deben pertenecer a esa mayoría, pero aceptemos que los seguidores de Chávez no vinieron de Marte, son los adecos, copeyanos y masistas que siguen viendo en Chávez una posibilidad de vivir en base al mínimo esfuerzo, simplemente por el hecho de apoyar a un líder y un partido. No creo que los que van a votar por los candidatos chavistas el 26S sean todos tan brutos como para seguir engañados por el discurso chavista. Lo harán porque podrán seguir medrando sin matarse trabajando demasiado, con la posibilidad de tener su primera tarjeta de crédito (del buen vivir) la cual por supuesto nunca pagarán, cobrando una bequita, aspirando a una casita o una tierrita expropiada a los burgueses, una comidita barata, una misión y seguir posando de revolucionarios, que eso antes era cosa solamente de intelectuales.
Por eso, creo que Venezuela, como decía Cabrujas, no es un país, es un campamento, un lugar donde la gente está pasando una temporada, que es su vida, sin que les preocupe demasiado como quede el país después que ellos se vayan. Sorry.
CHAVEZ ESTA MAS CLARO QUE TODOS NOSOTROS:
La imagen del presidente venezolano, Hugo Chávez, inunda las calles de Caracas con mensajes que llaman a votar por “sus candidatos” en las próximas elecciones legislativas que, según expertos, serán una vez más un plebiscito sobre la figura de este carismático líder.
Ataviado con su tradicional camisa roja, Chávez, única cara visible de esta campaña, se hace presente diariamente en mítines y recorridos callejeros en los que ofrece maratónicos discursos para invitar a votar por “el futuro de la revolución bolivariana”.
“Mis candidatos son los del pueblo, los de la revolución”, indica el mandatario. Y votar por ellos es “votar por Chávez”, repite.
Las elecciones son legislativas pero cruciales. El presidente venezolano necesita mantener la aplastante mayoría de su PSUV en la Asamblea Nacional el próximo 26 de septiembre para poder “profundizar y radicalizar” su proyecto de socialismo de siglo XXI.
De lo contrario, “la contrarrevolución trataría desde la Asamblea Nacional de detener al gobierno, de desestabilizar al país, de dar un golpe de Estado”, previó el mandatario.
“Chávez convierte toda elección en un plebiscito alrededor de su figura: conmigo o contra mí”, explicó el analista Andrés Stambouli.
Por eso, “no le interesa y no tiene tiempo de vender candidatos poco conocidos. Le dice a su electorado: ‘ésta es una elección que gira a mi alrededor’ y listo”, corrobora el politólogo José Carrasquero.
Para el jefe de Estado venezolano, esta cita con las urnas “impactará profundamente en lo que va a ocurrir en las elecciones presidenciales de 2012”, cuando aspira a un tercer mandato.
“No le interesa que voten a favor de uno o de otro, interesa que voten por él, se está midiendo”, insiste Carrasquero.
Aunque el mandatario suspendió hasta octubre su programa dominical “Aló, Presidente” para no incumplir las leyes electorales y evitar hacer propaganda en favor de los candidatos de su partido, su presencia en televisión ha aumentado.
Además, Chávez ha sido criticado por su participación activa en esta campaña electoral, aunque es sabido que en cada cita electoral el mandatario es el motor de la campaña y quien aglutina a sus candidatos y seguidores.
Según el presidente, es su “derecho ciudadano” y un “compromiso político” participar activamente en los actos de su partido.
“Yo no puedo llamar a votar por nadie, no debo violar la ley. Pero sólo hago una reflexión: cada quien piense por quién votar. Ellos (opositores) son subordinados de la burguesía (…) Nosotros no, nosotros somos libres”, dijo recientemente.
Según cálculos de la organización Súmate, el jefe de Estado ha aparecido durante 63 horas en televisión desde que empezó la campaña el pasado 25 de agosto.
Después de 11 años en el poder, nadie, ni en el oficialismo ni en la oposición, hace sombra al mandatario, que goza de una importante popularidad a pesar de los problemas que merman la calidad de vida del venezolano, como la inseguridad o los malos resultados económicos.
“Si tienes un líder carismático y no lo usas en tu campaña es porque eres un tonto”, resume Stambouli.
Pero esta situación produce una “campaña sin contenido”, en la que “no se debate sobre ideas”, se lamenta Carrasquero. “La elección se limitará a un voto en contra o a favor de Chávez”, señala.
“El 26 de septiembre se juega la esperanza de los pueblos, nos jugamos el futuro de la revolución”, aseguró por su parte el jefe de campaña del PSUV, Aristóbulo Istúriz.
“O los liquidamos o ellos nos liquidan a nosotros”, zanjó.
Y después los amigos de EL LIBERTARIO y otros sectores opositores todavía siguen llamando a la abstención. ¿ Será que ellos no entendieron de qué se tratan estas elecciones ? Chávez y los chavistas, por el contrario, están bien claros…
Saludos, Paco:
Coincido con mucho de lo que dices, (1) sobre la proyección de la Asamblea como una especie de psicoanálisis social (por algo será que se caen a coñazos los de nosotros) y (2) sobre la necesidad de utilizar el voto como simple mecanismo de detener la acumulación de poder. Ya hemos conversado y aclarado que ningún cambio vendrá dado por gente como Carlos Veccio, pero el hecho de que el PSUV tenga que rendir cuentas, así sea en el 2012 cuando vayan a elecciones (*again*, sigh), ante los electores.
En fin, veremos, el panorama está negro.
La semana que viene publicaré algo sobre la cobertura alternativa y en Internet de las elecciones. La gente allá lo está maquinando bien, y a falta de misa el domingo, la cosa puede ser interesante.
Saludos