El nuevo disco de Muse, “The resistance” sintetiza todas las ambiciones de la banda: un trabajo auto-producido, un disco ecléctico y profundo, que no deja de lado el registro pop donde los ingleses funcionan a la perfección.
Es raro, en nuestro mundo globalizado y corporatizado, encontrar músicos mainstream capaces de mantener su independencia y avanzar su visión artística. Muchos se conforman con pulir la plantilla prefabricada que los conduce a ser las estrellas de “MTV: Cribs” y pasearse por mansiones kitsch con el refrigerador lleno de champán; ¿qué más existe en un sistema neoliberal motorizado por el dinero?
Por eso destaca la banda de Matt Bellamy, Chris Wolstenholme y Dominic Howard: un trío aceitado y fluido capaz de golpear con temas pesados o sinfonías rock. En este disco, Muse no se queda en el nicho que ya había tallado con el genial “Absolution” y su gira que los condujo a coronarse como mejor banda en el festival de Glastonbury de 2004. Más bien profundiza la tendencia electrónica de “Black holes & revelations” aparte de adentrarse sin miedo en nuevos registros sinfónicos.
El disco empieza con el tema “Uprising”, una especie de prolongación de “Supermassive Black Hole”, más incisivo, más punzopenetrante, que consigue su apogeo en el coro: “They will not force us/ They will stop degrading us/ They will not control us/ We will be victorious”, leitmotif sobre el control que reaparece a lo largo del disco.
Los tres primeros temas giran en torno a ese estilo pop depurado que ya conocíamos en los chicos de Muse, a excepción de la genial “Undisclosed desires”, que es lo que Timbaland debió haber hecho con el disco de Chris Cornell si tuviese dos dedos de frente (y no este bodrio).
Pero lo que más sorprende de “The resistance” es el acercamiento a Queen que aparece en canciones como “United States of Eurasia” o el solo de guitarra en “Unnatural selection”. Muse ya asomaba sus intenciones de alejarse del sonido Radiohead de “Absolution” para acercarse a la banda de Freddie Mercury en propuestas como “Knights of Cyndonia”, su Bohemia Rapsodia particular. Acá, la influencia se hace evidente.
Tampoco es que el grupo dejó atrás sus inclinaciones metaleras y las descargas que harán saltar al público en todos los continentes siguen vivas. Pero la progresión de arpeggios de “MK Ultra” o el trabajo del excelente bajista, Wolstenholme, en canciones como “Resistance”, muestran una banda aún sedienta, inconforme, dada a la exploración.
¿Qué mejor prueba de esto que las tres sinfonías (“Exogenesis”) que cierran el album? La capacidad de Bellamy de moverse entre las descargas de guitarra eléctrica y las sonatas de piano, como al final de “United States of Eurasia”, es sorprendente.
Definitivamente, la banda hace lo que le da la gana. No sólo graba y produce su disco, sino que se burla del sistema -sin negar su lugar en él, claro-, como en el video de su presentación en el canal Rai de Berlusconi. Obligados a tocar en Playback, los muchachos de Muse deciden rotar instrumentos y jugar el juego a lo Sábado Sensacional, mientras dejan en ridículo a la presentadora:
La bimbo de platino no sólo se equivoca en el nombre de la banda (que no lleva el “the”, pero bueno), sino que obviamente no tiene la más mínima idea de quién conforma el grupo. El baterista, posando como cantante, insiste dos veces: “nuestro baterista, Matt”, alusión que pasa por encima de la cabeza de la muchacha.
Este video deja en claro las contradicciones del mundo de la música actual y la postura de Muse: una industria corporatizada, acostumbrada a reciclar basura (como nos señalaba Baudrillard con su lectura de modelo-serie en “El sistema de los objetos”), de muchachos Hanson convertidos en muchachos Jonas para el consumo masivo, frente a una banda que no tiene nada que probarle a nadie.
Muse ya era uno de los mejores tríos en vivo que podíamos encontrar en el rock contemporáneo. Ahora, con un disco polifacético y bien construido, están listos para hacer historia.
(Bigup@Stokma por el video)
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Como te dije en días pasados, gracias por presentármelos con “Absolution”,
Lamentablemente hace años se dejó de hacer verdadera música, ya no salen bandas como Pearl Jam, Radio Head o Nirvana, puro producto pop/rock malo, con letras vacías que no llenan (ni llegan), por eso ahora las bandas sacan 3 discos y hasta ahí llegan, porque suenan y cantan lo que quiere la disquera.
La fórmula es ser auténtico y no cuesta nada, hacer lo que se te pegue la gana no tiene precio, hacer lo que te gusta sin importar si vende o no, eso se llama ARTE y es lo que estos tipos hacen.
Un abrazo y excelente reseña.
Exacto. Al final, a Muse no le costaba nada sacar un disco aburrido y forrarse de plata, pero los chamos quisieron hacer algo propio y por eso los admiro. La Paris Hiltonización de la música es la prueba empírica del fracaso del neoliberalismo en el arte, algo que no entiende y que sólo puede abordar desde el punto de vista mezquino de “las ventas”.
Menos mal que por allí hay gente todavía integra. Créeme que estoy cansado de recibir cartas que dicen, “lo siento, pero no creo que su estilo literario sea lo que triunfa en el mercado actual”. Mediocres. Yo no propongo una novela destinada al “mercado actual”, trato de ser sincero y respetuoso con el tema en cuestión y a veces eso implica complicar la escritura y -oh, Dios-, exigirle al lector dos dedos de frente para tratar de entender algo…
¡Saludos!
P.d.: Pueden escuchar el disco en línea, acá: http://www.deezer.com/en/#music/muse/the-resistance-390984
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Pana y el Chris Cornell qué se metió????
JAJAJAJAJA!!!!
Era como le decía a un pana: Yo soy Chris Cornell y me dicen, “bueno, ahora tú estás en el medio de la pista, sentado en una sillita, y las modelos te bailan alrededor”, y yo me paro y me voy, in situ… Gracias, Timbaland… Grrr…
Muse es genial, los conoci hace dos años que me prestaron Absolution y me gusto bastante. Lo de rotarse los instrumentos era una practica comun de Los Amigos Invisibles haciendo playback, recuerdo haberlos visto haciendolo en Sabado Sensacional y otros similares, dentro y fuera del pais, pero desde hace un tiempo que son mas “serios” doblan como un Juanes cualquiera.
Pana, pero no sólo el video (que apesta al nivel de cualquier video de ex-menudo metido a solista), la música es increíblemente mala, el ritmito es tan atorrante como el del reggaetón. Me imagino que de ahora en adelante, cuando uno busque en el Oxford la definición de ‘sell-out’ aparecerá la foto de Chris Cornell al lado, ilustrando el concepto. Así será de mala que me recordó aquel disco guapachoso de Pablo Dagnino, el de la canción sobre unas llaves que dejó en la nevera, o algo así.
…¡Claro que me acuerdo! “Me llevó la cartera” o algo así… Una especie de Willie Chirinos venido a menos… Qué mal… Lo peor es que, fisgoneando por internet, encontré unos videos en Youtube de Cornell cantando canciones de ese álbum pero en acústico, y no son nada malas. Supongo que es el deseo y el delirio de vender… Triste.
Muchos saludos.
me lo vacile y me gusto.. de hecho lo habia escuchado sin saber que eran ellos, tipo “tengo una melodia en la cabeza y no se de donde la saqué” algo asi..
¡Claro, doctor!
Ese disco está muy bien. El otro que me tiene pegado este año, es el “Music for men” de Gossip. Si eso no pone a mover la cuerpa, pues estás vacío por dentro…
Conoces Deezer, ¿no?
Spotify también está excelente. Todas iniciativas internáuticas basadas en la libertad y el flujo de contenido, en contra de lo que ladrones y piratas anacrónicos como Sarkozy puedan creer. ¿Por qué no aprenden de ciudadanos decentes como nosotros? (*guiño malévolo*).
Saludos.
conozco deezer… el otro se de un pana que lo maneja!! el jueves me lanzo a saquear la web porque lo que es hoy y mañana voy fajado con experinfernal. tu sabes como es eso!!
Recuerden todos los fans de MUSE que el 15 de octubre es el único día para comprar UPRISING, aquí esta la promo musemexico.com