Finalmente, mañana a las 2 p.m., se supone que expondré mi tesis ante los “chivos” que decidirán si creen que tengo razón o si no les gusta lo que digo. Un jurado compuesto de profesores de Alemania, Austria y Francia serán mis verdugos. ¿Qué pienso de todo esto? A estas alturas, digamos que es muy, muy aburrido…
¿Qué es una tesis? Se los voy a explicar: Es un ejercicio según el cual, después de cuatro o cinco años, usted ha desarrollado una idea en varios cientos de páginas. Cuando termina o siente que el trabajo está completo, usted va a ver a una secretaria quien, con a duras penas un bachillerato aprobado, le dirá que ahora tiene que hacer lo mismo, pero en sólo cinco páginas. Resumirlo todo. ¿No era más fácil empezar por ahí? –le pregunté yo.
Así que he estado, desde septiembre, depositando papeles para formalizar la defensa. El hecho de que mi tutor la haya aprobado, que el jurado la haya leído y que tengamos una sala libre no significa nada: Si la secretaria no “aprueba” la defensa, no podemos hacerla.
Escribir una tesis es difícil. Lidiar con burócratas es aún peor. Después de tantos años de trabajar en esto, me encuentro exhausto. Y que me hayan hecho perder los últimos meses en mandados de office boy -tráeme una foto, dos sobres, cuatro estampillas, tres CDs, llena esto, ponle un sello a aquello, llévalo a la oficina X, que abre sólo los martes de 9 a 11… -, no me ha dado ánimos. Sin embargo, todo parece indicar que es mañana.
La verdad es que no estudié. Me leí lo que escribí (520 páginas) y precisé lo que quiero decir, pero me parecía ridículo a estas alturas andar por ahí como una enciclopedia ambulante, tal dijo X, fulano dijo Y; y todos los profes constatando que sí me leí lo que cité en la bibliografía.
Al diablo con eso. Voy a hacer algo que poca gente hace hoy en día, sobre todo en defensas de tesis de filosofía: Voy a filosofar. Voy a tratar de pensar en voz alta, como lo hacía mi mentor, Ludwig Wittgenstein. No pienso graduarme de “profesor” de filosofía, voy a tratar de avanzar lo que yo dije, no repetir lo que dijeron los demás. Como no pienso ser profesor ni dar clases (por ahora), creo que es lo más honesto. Y hasta puede ser divertido. Espero hacer algo ameno, modesto, donde podamos hablar. Qué importan las convenciones.
Ya les diré cómo me fue (capaz que mi método se estrella). Por ahora, les recomiendo dos cosas: Si van a escribir una tesis, busquen una beca. Hacerlo trabajando es demasiado difícil y frustrante. Es posible, pero es mejor ahorrarse el tiempo trabajando como brazo barato en el primer mundo para recibir migajas de pan y cansancio como recompensa.
Ah, y búsquense una secretaria. Alguien que les haga los papeles, porque eso cansa más que el puto trabajo… Saludos a todos.