¡Hooooola, amigos! ¿Cómo están allá en sus casas? ¿Bie-je-jen? ¡Me alegro! (La dentadura “Pepsodent” del animador brilla como si sus incisivos fuesen hechos de marfil). Bien-je-jenvenidos a suuuu programa favorito: ¡Venezuela’s Next Inquisitor! Como siempre: ¡todos los jueves a las 9 de la noche, por el canal del pueblo, TVES! *
*(Horarios en Cuba y Corea del Norte pueden variar).
Primero que todo, ¿Cóóóóómo siguen nuestros ganadores de la temporada pasada? Echemos un vistazo –control, por favor, ¡ruede video!-, acá tenemos a la bellísima Sandra, ¿se acuerdan de ella?, cómo no; ¡manejando una aplanadora para destruir todos estos juegos bélicos! ¡Qué contenta se le ve! Y acá: Miren a Bobby, premio McCarthy del año pasado, ¡invadiendo los locales del Ateneo de Caracas! Memorable labor. Vean como saca a patadas a los bailarines y actores. No es que yo sea homófobo, pero hombre que se respete no se las estripa poniéndose ese leotardo. Ay, papá…
Así que ya saben: Acá hacemos realidad sus sueños. En la temporada que viene de Venezuela’s Next Inquisitor, ¡puede ser usteeeeeed (índice señala a la cámara robada a RCTV) quien encarcele twitteros! ¡Será su firma la que destruya libros en las bibliotecas del interior! ¡Sus ojos, los que leerán una columna satírica y la interpretarán como un llamado al magnicidio! ¡Su saliva, la que escupa a los “inmigrantes de mierda” en las calles de Caracas! ¡Sus puños los que beban la sangre de los reporteros apaleados en el Centro de la capital! Las puertas de una prometedora carrera se abrirán ante sus pies con sólo ganar este concurso…
Recuerde: ¿Era usted de esos niños que se dedicaban a patear los castillos de arena de los demás y jamás a construirlos? ¿Cuando perdía en un juego callejero de fútbol, se llevaba usted la pelota y no dejaba jugar a más nadie? ¿Le gustaba matar pollitos en las verbenas de carnaval? Cuando usted tenía una caja nueva de goma de mascar, lo repartía entre sus amigos obligándolos a llamarle “Rey” y se regodeaba negándole un pedazo a los niños más inteligentes que usted? ¿Le gustaba verlos llorar?
¿Cuando ve a un herido inconsciente en la calle, lo primero que le pasa por la cabeza es robarle el teléfono móvil? ¿Le parte la madre a los invitados más elocuentes y mejor vestidos que usted en la fiesta? ¿No ve problema alguno en ensuciar una playa?
¡Es usted nuestro candidato perfecto!
Recuerde el gran premio: El ganador de la nueva temporada de Venezuela’s Next Inquisitor, tendrá el orgullo de clausurar los locales de la Fundación para la Cultura Urbana. Usted será como Jude Law en “Repo Men” pero arrancando el corazón de los artistas y creadores (y más feo, por supuesto. Pueblo que se respete, es andrajoso).
El Gran Inquisidor será temido y respetado (más lo primero). Usted le robará el sol a todos esos caraqueños sifrinos que creen que leer es útil. Usted será como el señor Burns. Será una máquina de demolición de sueños, esperanzas e imaginación. Su sombra se extenderá hasta cada hoja, cada lápiz, cada verso a punto de ser parido, para extirparlo sin anestesia y aplastarlo contra el suelo en plena gestación.
Así que, ya saben: No dejen de sintonizarnos para entretenimiento de altura. Sólo acá escuchará usted chistes que no hacen reír como “hay que limitar la libertad de expresión“, “estamos democratizando el espacio radial” o “te parto la madre en nombre de la revolución pacífica”.
Otra producción des-educativa de Krisis, Co. ®
(Este programa posee contenido mixto. Todas las groserías, improperios e insultos son de categoría “A“, aptos para todo público, cuando sean proferidos por gente del gobierno. Sin embargo, cualquier conato de rebelión intelectual, de pedir justificaciones o razones, será considerado “XXX” cuando sea emitido por alguien criticando al gobierno, sin importar su bando, su cantidad de seguidores en Twitter o su trayectoria).
Aunque no tiene mucho que ver con el corto promocional de Vinz, creo que el mismo es consecuencia de la puesta en práctica de la teoría de la conspiración disociativa, que me permito reproducir a continuación.
Aclaro que este es un texto que llegó anónimamente a mi buzón de correo y que a pesar de pecar de cierta debilidad argumental y deficiencias de estilo, creo que esboza un teoría de conspiración que merece ser tomada en cuenta.
A continuación les someto el texto:
“Grupos de psicólogos, psiquiatras, comunicadores sociales y expertos en asesoría de imagen vienen trabajando desde hace años para el gobierno, habiendo elaborado campañas que buscan captar la atención de determinados sectores sociales, y de esa forma condicionarlos con el contenido de ellas.
De esta manera, durante los últimos años, han manejado determinados códigos psicológicos que buscan motivar y convencer a los sectores a los cuales están dirigidos. El resultado que se proponen obtener es influir al receptor del mensaje de tal manera que pierda su capacidad de discernimiento y obnubilarlo del tal forma que termine por renunciar a cualquier análisis crítico del mensaje del que es receptor, causándole así una patología mental llamada “Disociación psicótica”.
La disociación psicótica es un proceso de manejo de códigos psicológicos donde se crea en el subconsciente del individuo una realidad ficticia en la que «TODOS» los males, y por ende «TODO» lo negativo que le sucede, proviene de una sola causa o de una sola persona o de un sistema (capitalismo). Establecido el patrón mental en el subconsciente del individuo, este llega a un estadio que le induce a creer que eliminando la causa de los males que le aquejan, habrá de alcanzar la felicidad absoluta. Estando dirigida a un colectivo la campaña requiere que el mensaje sea, además de asimilado, retransmitido a otros individuos pertenecientes a dicho colectivo. Para ese fin los robolucionarios han contado con el respaldo de los medios de comunicación social gobierneros (que son la mayoría y por eso las ansias de la hegemonía comunicacional), los que de manera sistemática y reiterada han hecho llegar el mensaje al receptor. En forma más primaria (los medios gobierneros aún no tenían ni la tecnología, ni la penetración que hoy tienen) Goebbels manejó códigos similares, por lo que la sociedad alemana llegó al convencimiento pleno de que los judíos eran los únicos responsables de la crisis económica de 1929, que tenía por finalidad imponer el comunismo en Alemania. Para ello se creó una matriz de opinión según la cual el sionismo era un instrumento de la Unión Soviética, quien aspiraba imponer el sistema comunista en escala mundial, lo cual era absolutamente falso y contrario a la realidad.
En nuestro caso, es decir en Venezuela, se trata de EL IMPERIO y sus sirvientes, los escuálidos o pitiyankees.
EL IMPERIO como único responsable de los males que aquejan a la clase revolucionaria, para la cual está dirigido el mensaje. Una clase revolucionaria que de manera inconsciente ha desarrollado la certeza de que la re-implantación del capitalismo en Venezuela es el fin último que EL IMPERIO persigue. Clase revolucionaria que se niega a entender y respetar el texto constitucional, violandolo sin siquiera haberlo ojeado. Clase robolucionaria que repite que el país está bien, porque algunos de ellos siguen cambiando de vehículo año tras año, concurren a costosos restaurantes sin importarle el monto de la factura a pagar, viajan al exterior con todos los gastos pagados, o, en el caso de los menos enchufados, pero militantes asistentes a mitines, por lo menos reciben una bequita o pertenecen a una misión que les permite vivir sin trabajar demasiado. La clase no revolucionaria tiene que comer comida podrida, calarse la corrupción de los chaviburgueses, calarse los asesinatos, los guapos de barrio, etc. Pero tampoco ellos dudan en creer que los aliados de EL IMPERIO, esos “pitiyankees” o “escuálidos” son los responsables de su miseria, de la falta de servicios de salud, de la inseguridad, de la ausencia de seguridad o justicia social. Por eso pueden creer que en Venezuela transitan libremente y a plena luz del día, espías de la CIA, magnicidas y sicarios de toda laya, conspiradores que provienen de las bases de la CIA en Colombia. Para ellos los opositores son organizaciones paramilitares fuertemente armadas que en cualquier momento habrán de invadirlos y asesinarlos y los chavistas perderían sus privilegios, los logros de la revolución, por lo que el gobierno les ha dado armas a sus milicias, reservistas, grupos de apoyo, colectivos, para ejercer una legítima autodefensa ante los acólitos de EL IMPERIO, la CIA, etc..
De allí que el odio sea tan recalcitrante y visceral en el seno de los chavistas, llegando a un paroxismo que solo se podría alcanzar si EL IMPERIO les hubiese matado a algún familiar.
Por lo cual esta actitud, que ha llegado al estadio de patología, aliena al individuo de un mundo «real» y lo sumerge en un mundo «creado» (no se puede hablar de un mundo «ficticio», puesto que lo tiene por «real»), en el que todo encaja de acuerdo a su «verdad» inconsciente .
No importa que se les muestre la filmación de los pistoleros de Llaguno acribillando a balazos a una manifestación cívica, no importa que se muestren las grabaciones de Tiburón 1 ordenando el “Plan Avila” o la filmación del General trisoleado Lucas Rincón anunciando la RENUNCIA del perpetuista, o la filmación del compañero de armas de Chávez, Francisco Arias Cárdenas, asegurando que es un asesino, para ellos aquello fue una masacre absolutamente legal, y en todo momento rechazarán que el 11 de abril se consumó la renuncia de Chávez. Para ellos no pudo haber masacre ya que los conjurados lo que hicieron fue llevar a cabo lo que ellos, desde su odio particular (mundo «creado»), consideraban que es lo que debía de hacerse. Y desde ese mundo «creado» se obtiene una visión de la realidad «virtual disociada», desde la cual es imposible procesar hechos que se niegan a tener por reales. En consecuencia, el totalitarismo y control de todos los poderes públicos del Estado, la violación de la voluntad popular expresada en la negativa de la reforma constitucional y la conducta hegemónica y perpetuista no existe.
Están, pues, en un estado avanzado de disociación que no permitirá que nada de la realidad vaya en contra de «su realidad» (creada), así el conciente les diga que hay pruebas reales y objetivas de que no están en lo correcto. Y lo más curioso es que generalmente estos disociados, acusan a los demás de ser “disociados”
Se trata, pues, de una patología creada, la que requiere de permanentes estímulos. Por eso el régimen no deja de aplicar diariamente estímulos a esos códigos psicológicos y con el concurso de los medios a su servicio acentúa la campaña para reafirmar en su convencimiento al individuo que la ha desarrollado, buscando además que el mensaje penetre en otros individuos, por lo general con gran fragilidad psicológica, que emocionalmente (están insertos en un grupo que los coerciona) estén dispuestos a recibirlo y a procesarlo, por lo que cada vez más ese tipo de patología se desarrolla en otros venezolanos.
Uno de los síntomas inequívocos de la disociación es que la persona, una vez desarrollada la patología, no puede pasar mucho tiempo sin recibir el estímulo. Siendo los medios el instrumento fundamental de esa campaña (por eso la intención hegemónica del régimen de apoderarse de todos los medios de comunicación), la persona en fase de «disociación psicótica» no podrá, por ejemplo, dejar de alimentarse a través de Venezolana de Televisión o cualquiera de los otros medios televisivos o radiofónicos controlados por el régimen (el impulso emisor), canales que habrán de sintonizar de manera compulsiva, para asociarse con el disociado de “La Hojilla”, por ejemplo, (o para sintonizar los insultos, motes e improperios que el gran “comandante” tiene labrados para los opositores y luego repetirlos como cotorras), porque de no hacerlo se le habrán de presentar síntomas de ansiedad similares al síndrome de abstinencia en los drogadictos, fumadores, alcohólicos, etc. El individuo que está disociado, al igual que sucede con los drogadictos, alcohólicos o fumadores, no habrá de reconocer que está inmerso en un problema, por lo que afirmará una y otra vez estar libre de cualquier patología y tratara de defenderse afirmando que son los otros los que se encuentran en ese estado.
En Venezuela esto ha llegado a ser ya un serio problema de salud pública. Basta observar en nuestro entorno para comprobar cómo se manifiestan miles de personas, inclusive nuestros propios vecinos o familiares, para las cuales nada de malo tendría que alguien acabase con EL IMPERIO (la única causa de sus males), y que nada malo ven en que sus hijos anden por allí con armas y fusiles en la mano, y gritando a voz en cuello: «¡Muérete maldito Bush, diablo!!!» o quemando la bandera de EEUU y gritando «¡Abajo EL IMPERIO!». Así como tampoco les alarma oírles decir que les gustaría tener armas rusas para acabar con “EL IMPERIO invasor que nos roba nuestros recursos”. Debido la disociación psicótica que los atenaza no están en capacidad de comprender que se está condicionando a esos niños, de tal forma que al llegar a adultos podrían tomar un arma y arremeter contra cualquier persona que no concuerde con ellos o a la que por cualquier razón estén haciendo responsable de sus fracasos, actuarán así para librarse del que han identificado como el causante de sus males.
Quien padece de disociación psicótica corre además el peligro de que cuando su realidad comience a serle insoportable, o que cuando por algún motivo la causa aparente de todos sus males resulte no serlo, con la misma intensidad padecerá una profunda frustración, tan profunda que puede llegar en muchos casos a límites extremos de consecuencias impredecibles. Por lo que estamos ante un problema de Estado que repercute en la seguridad interna de la nación y en la salud pública.
Hola, Paco. Creo que hay que tener un poco de cordura en todo debate psicológico. Más o menos desde que Marx empezó a machacar con aquello de la alienación, han aparecido afirmaciones sobre la verdad “verdadera”. No es por nada que los científicos contemporáneos hablan de “acuerdo inter-subjetivo”, es decir, todos los científicos están más o menos de acuerdo, en vez de decir que las cosas “son” así.
No digo que no haya una gran campaña mediática y propagandística de parte del gobierno. Tampoco será el primer gobierno en hacerlo. Además, estoy seguro de que, si bien la oposición acusa al PSUV de ser “disociados” por creer en la inminencia de una invasión yanki, el PSUV fácilmente podría alegar que los “disociados” son la oposición que cree que los USA no tuvieron nada que ver con el golpe de Pinochet o qué sé yo…
En fin, la “disociación psicótica” es un término bien definido, que se refiere a la imposibilidad de distinguir la realidad de la ficción. Un psicótico escucha voces, ve animales, siente cucarachas en la piel; y está tan enfermo que no puede hacer la reflexión de que es imposible que haya un dragón en mi sala porque no existen.
Todo esto para decir que me parece comiquísimo cómo la línea de argumentación del PSUV se parece a la del partido Republicano gringo. Si sigues con atención a Glenn Beck o Rush Limbaugh (si te calas a Mario Silva, cálate a esos dos), escucharás barrabasadas “psicóticas” como que la guerra de Irak empezó antes de Bush-2000 o que la crisis financiera es culpa de Obama. Te dejo esta joya, por ejemplo:
“McCain: Ya ganamos la guerra de Irak”
McCain is now the second U.S. official to declare “mission accomplished” in a war that continues to ravage the people and land of Iraq.
http://thinkprogress.org/2010/07/26/mccain-iraq-already-won/
—
El mundo está lleno de cabeza’egüevos. Ojalá fueran psicóticos, así al menos los curamos con medicamentos, pero créeme que McCain y Chávez están como Jack Nicholson en El Resplandor. Esos no los salva ni un baño de cariaquito morado, mano…