El “born again” adeco

Acción-DemocráticaLos cristianos “born again” han reseteado el disco duro. Este tipo de fanático religioso ha logrado un borrón y cuenta nueva de todos sus pecados al dejar que su cabeza bese el agua del lago donde son bautizados aquellos que siguen la creencia de George W. Bush.

Usted tiene garantizado el perdón con sólo dejarse sumergir en el agua de la mano de un pastor. Agárrese fuerte: todos los derrapes que se hayan cometido en el pasado estarán perdonados para los feligreses serios.

En Venezuela, el homus politicus logró una transformación equivalente al dejar todas sus creencias atrás e inscribirse en el nuevo partido revolucionario, el Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV). Igual que los burgueses se desprendían de su condición de explotadores al pasar a “denunciar las condiciones de explotación”, los adecos o militantes del partido emblemático de la Cuarta República (1958-1998) Acción Democrática, lograron desprenderse de la responsabilidad y la culpa al inscribirse en la nueva “revolución” militar de derecha.

Acción Democrática fue, según el gobierno, uno de los mayores responsables del saqueo del erario público y la instauración de una cultura corrupta y nepotista de favoritisimo político y económico que perpetuó las injusticias más alarmantes entre los venezolanos. Según la oposición, la “cuarta República” fue un sistema imperfecto pero capaz de surtir servicios a la población y garantizar una estabilidad relativa.

El “born again” adeco representa entonces el ser más inteligente que existe en la política venezolana. Un tipo que entendió la lógica del Petroestado, de su clientelismo y sus dádivas, y sólo quiere mostrar una careta que le permita enchufarse al pozo de oro negro para poder chupar con todas sus ansias.

Antes, “adeco” a secas: personas que ventilaban el carné del partido para acceder a un trabajo controlado por el Estado, que iban a los Ministerios a leer la Gaceta Hípica o derrotaban tu índice erecto dispuesto a oprimir el botón del ascensor para decirte que ese era “su empleo”. El adequismo permitió a estos seres arrejuntarse al borde de la mesa para engullir las migajas que le tiraban los políticos del Statu quo y subsanar su paupérrimo estilo de vida.

De esta manera, cuando alguien preguntó “por quién doblan las campanas”, el adeco vio la posibilidad de justificar su mediocridad, de orientar su vida hacia una justificación de su miserable condición. Él no era un mediocre, un inútil incapaz de producir algo para la sociedad. No. Él era una simple “víctima de la cuarta República”.

La “cuarta República” había truncado sus sueños y lo había reducido a ser una herramienta electoral. Llegaba la emancipación: un militar que prometía “freír las cabezas” de todos los que lo habían utilizado.

El adeco encontró la forma de justificar sus errores políticos sin jamás interrogarse a sí mismo. El adeco renació, igual que un cristiano fundamentalista, para crear el hoi polloi del gobierno actual. El adeco es un cáncer peligrosísimo cuyo único grito de guerra es sobrevivir. La célula egoísta se reproduce, afila sus mandíbulas para roer el sistema y carcomerlo desde adentro, buscando la vena hambrienta donde hincar sus comillos y volver a chupar constantemente de la renta petrolera.

El adeco “born again”, lavado de sus culpas de la cuarta, es un ser postmoderno. Él no cree en discursos políticos, ni siquiera cree en teorías de desarrollo económico o social. El adeco está irrevocablemente convencido de que esta vaina se jodió, que nunca avanzaremos, y que lo único que se puede hacer es unirse a la orgía petro-putañera. El adeco entendió que el nuevo Statu Quo es el viejo Statu Quo -que es él-, y que cualquier amenaza con desestabilizar este sistema atenta contra su avidez vampírica de petróleo.

Él está al centro de la ensalada postmoderna-política que existe en Venezuela. El adeco “born again” forma la espina dorsal del P.S.U.V., y vive entre intrigas y delirios persecutorios en los cuales alguien finalmente dice que el Rey está desnudo y le arranca el taladro de semen negro de la boca.

El plato de “pasta a la salsa roja” está matizado con algunos esporádicos copos de utopistas, luchadores sociales e ingenuos que siguen abrazados al cambio como al mástil del Titanic. Pero que no quepa la menor duda: la salsa, esa cosa espesa y amarga que baña los raviolis, es fundamentalmente adeca.

Que alguien asperje el todo con trozos de queso no cambia la consistencia de la salsa. Que el queso sea parmensano de primera, según los creyentes en los movimientos de base, o queso blanco duro rayado, según los adoradores del libre mercado, no convertirá el estofado de podredumbre adeca en un plato exquisito.

Se exhorta al ciudadano a persignarse antes de enterrar la cucharilla en su plato de política rancia…

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12 Responses to El “born again” adeco

  1. carlos says:

    a dios gracias siempre fui copeyano 😉

  2. ACSR says:

    Me parece que en esta salsa roja, los “ingenuos”, como tu los nombras realmente son como esas filas tradicionales católicas, tipo los Borgia, que llamaban a los hijos naturales de los curas/cardenales/etc “sobrinos” para maquillar la cruda realidad “a conveniencia”….
    ….y resulta que el rey siempre ha estado desnudo pero NO reconocerlo es quizás menos doloroso y mas conveniente….
    Como dicen por ahí, la ignorancia es la felicidad….
    ….a pesar de ser, a mis ojos, una felicidad mediocre.

  3. Leo says:

    A pesar de acompañarte en la náusea agitada por el espectáculo de los renacidos, debo decir que a la receta maloliente del pasticho PSUVista le ha faltado un ingrediente principal, que el atinado sarcasmo de carlos pone en evidencia. ¡Los copeyanos! Quienes han jugado también un papel protagónico en la colosal olla podrida de la “4ta república”. Así cómo no es justo que llamemos “salsa de ajo” al pesto, tampoco tiene sentido llamar “adeco” al renacido psuvista y su orígen cuaternario. Mucho cuidado con olvidar la contribución de la hoja de albahaca rancia. Nada de expiar a Caldera o a Luis Herrera y su igualmente numeroso hoi polloi.

  4. vinz says:

    Buena acotación, Leo. Los copeyanos también tienen su diente de ajo en el asunto, cierto…
    Yo, en cambio, siempre fui de los utópicos o de los idiotas. O no votaba, o me inclinaba hacia el MAS y hacia Causa R cuando parecía ser una buena opción. Por supuesto que todo esto sin convicción, aparte de que soy demasiado joven como para haber votado más de una vez en la 4ta.
    Lo que trataremos de hacer es ver cómo esta actitud de “político de la 4ta born again” (viste que es mucho menos poético que escribir “adeco”), incide en el discurso político de Venezuela y ha llevado a la destrucción de dicho discurso. Cuando el hoi polloi siente que la pantomima está a punto de ser descubierta, que van a voltearse para decirle, “ya va, pero si el adeco eras tú”, empieza una gritadera y una violencia increíble.
    Así estamos.

  5. carlos says:

    La verdad yo tambien era muy joven para esa epoca y no tuve oportunidad de votar.
    En mi casa eran adecos porque no quedaba de otra, o eras adeco (pueblo) o tenias plata (opus dei/copeyano/mason etc..)

    Creo que el estereotipo (bien fundamentado) del partidista-funcinario publico (portero, ascensorista, mensajero, utility, sertvicios generales etc etc etc..) es lo que se ha sabido sostener a lo largo de el “proceso” porque es parte de lo que Adriana Lozada bien supo catalogar como “Venezolano Feo”. Conozco toneladas de estos, y aunque trato de distanciarme, muchos de ellos terminan siendo una gran solucion a problemas que ni siquiera existen en los manuales operativos Krisis Co. Sigue siendo terrible ver como la organizacion informal es la que “organiza” el funcionamiento de la maquinaria burocratica estadal all-mighty.. y este el principal indicador de porque seguimos como ibamos, de Guatemala a Honduras, no a guatepeor…

  6. Omar says:

    Exactamente… el espíritu, la quintaesencia adeca, vivita y “choreando” bajo el rojo encendido de la revolución bonita.

    Saludos.

  7. carlos says:

    Hey.. he estado leyendo caracas cruzada, men, no vas a creer lo parecido que es a un libro que he estado escribiendo entre clases. y los personajes son como el 70% de mis primos y conocidos.. TODOS!! es increible como se parece a la misma caracas que veo e interpreto dia a dia.. es mas, es como que cada personaje se asemeja a las varias mascaras que toca asumir en un dia para llevarse en esta ciudad. y por ahi van los tiros de mi libro!! una especie de deja-vu intelectual..

    Gracias men

  8. Manu says:

    Excelente post viejo. Yo considero que la salsa roja esta constituida por el contenido caradurista adeco y aderezada por el resentimiento copeyano antiadeco.

    La inmensa mayoria de los carajos “neosocialistas” (soy “rojo” porque el Comandante me dice) no tenia ni puta idea de socialismo en 1998, aún a 6 años de neodiscurso (desde que Hugomon se proclamo “socialista”) no tienen idea. Tampoco lo tendran nunca. Tan nula es su formación que tiemblan cuando el Micomandante aplica las consecuencias de toda la cartilla seudo-marxista que les machaca todos los dias (caso Reforma 2007).

    Me gusto especialmente tu expresión del adeco (o mejor dicho del Tipico Hombre politico en Venezuela) como un hombre posmoderno, creo que podriamos englobar a casi todo el mundo este pais como posmodernos y no solo desde la crisis de los 90, sino desde 1958 o inclusive antes. ¿Cuando fuimos modernos en Venezuela? Pregunto esto, obviando los desarrollos tecnologicos adoptados y el hecho de que todos usamos telefonia celular, entiendo la modernidad como un estado de animo y modo de vivir.

    Ya que para el gran entendido de la venezolaneidad, Briceño Guerrero, Venezuela no es mas que un mantuanaje revestido de “modernidad”, para Rangel no eramos mas que una “Republica aerea” con parafernalia politico-legal “moderna” pero practica politica colonial, un país aparentemente capitalista pero totalmente mercantilista, donde el empresario modelo no era un Henry Ford, sino los Cisneros y Mendozas arrimados a los tiranos o demagogos de turno.

    Remato mi seudo-diagnostico social realcando la casi nula discusión politica, filosofica real que siempre ha estado ausente en el país. Da pena ver como en otros paises, hay discusiones en el Congreso o en la TV entre politicos, y se pueden apreciar posturas politicas solidas, proposiones sobre el futuro del pais, etc. Pero aca, solo hay coñazas propias de carajitos de bachillerato, aparte de una insoportable lejania entre el discurso y la acción politica.

  9. vinz says:

    Carlos.
    ¡Mira que te demando! Quiero 50% de todo lo que hagas con tu novela… No, en serio, no es extraño que muchos nos hayamos lanzado por la misma vía. A mí me sorprendió, por ejemplo, que Secuestro Express intentara caminar por las mismas líneas de diálogo que intenté utilizar para ciertos personajes en Caracas cruzada. Supongo que es el famoso “espíritu de los tiempos” que hace que varios venezolanos, más o menos de la misma generación, traten de echar el cuento en las mismas claves. Un abrazo.

    Manu.
    Totalmente de acuerdo contigo. Ya lo habíamos conversado, pero creo que en Venezuela, por encima de la ideología o el metarrelato moderno, priva el pragmatismo y el inmediatismo de anotarse donde hay. Hoy, más que nunca. Pocos son los “socialistas” que entienden el término y créeme, porque he conversado con políticos venezolanos metidos en el ajo, que el pasticho intelectual que tienen parece más una auto-excusa para justificar su posición y su corrupción. Es lo que se llama “balance cognitivo”, buscar razones razonadas en nuestra conducta a pesar de que sabemos que es inmoral.
    Por otro lado, es cierto que cuando vemos las democracias deliberativas en acción (en los debates de Gordon Brown con los M.P. o de Angela Merkel frente a los miembros del Reichstag) a mí me da una envidia matizada con arrechera. Simplemente, porque nadie puede tener la desfachatez de ponerse de pie a decretar estupideces como baños de 3 minutos o aviones que lanzan rayos a las nubes sin que se pare otro representante y le diga que está delirando. Hay una democracia discursiva y, con todos los defectos que ésta pueda tener, logran controlar a los políticos (ahora en Francia van a enjuiciar a Chirac).
    Estamos lejos de eso. Antes, hubiese pensado que lo correcto era tratar de encarrilarnos hacia eso. Hoy en día me pregunto si no será que en Venezuela tenemos otros códigos, otras claves que no permiten que este sistema funcione en nuestro país.

  10. carlos says:

    Si.. no creo posible una venezuela asi.

    Me di cuenta cuando le trataba de explicar a un pana porque solo usamos estudiantes de psicología para las investigaciones de experimental, le digo: “no es que no se puedan escoger otras muestras, o que los estudiantes de otras escuelas no se presten para la investigacion, es que el estudiante de psicología sabe que tiene un compromiso inherente de prestarse para tal, porque en algun momento va a necesitar tal ayuda o ya la necesito, es una reciprocidad condicionada que no se toma a regañadientes, en cambio los estudiantes de otras escuelas y cualquier otra muestra puede abandonar libremente y mayormente lo hace, no asumen compromisos y no sienten la necesidad de ser reciprocos, asi el tratamiento sea para su “beneficio” como lo exige la regla de oro del psicologo”

    El venezolano quiere siempre algo a cambio, no ve los beneficios intrinsecos a las “mejores practicas”, o al menos asi lo he visto, incluso en mi mismo, no voy a echar tierra al aire, asumo mi parte en el rollo, pero al menos me doy cuenta, y como dicen en terapia, asumir es el primer paso..

  11. Pepé Le Mokó says:

    Lo bueno de todo este asunto es que en los últimos diez años el “socialismo” como etiqueta dejó de ser mala palabra para, aparentemente, un tercio de la población venezolana. Lo malo es que una vez que este proceso supuestamente socialista colapse, como estoy seguro que colapsará, porque está apoyado en un pantano de corrupción e ineficiencia, con ausencia total de formulación ideológica, los desilusionados seguidores de Chávez (que los habrá) seguirán pelando bola en los cerros. Y cuando aparezca un candidato verdaderamente socialista (que los hay, a tratar de convencerlos que el socialismo es la solución, lo van a correr a peñoñazos. O sea, que hasta que aparezca una tercera alternativa que alguien se invente como un nuevo sistema de relación entre la propiedad y administración de los medios de producción y los que producen y son administrados, tendremos capitalismo para rato. Yo personalmente prefiero el caos y el anarquismo, o en todo caso un sistema parlamentario pequeño burgués parecido al de algunos países civilizados de Europa.

  12. vinz says:

    …Nada que me doliese más que el hecho de que una discusión franca y honesta sobre “el socialismo” (o sobre el capitalismo, for that matter), no se haya dado en Venezuela. Por eso es que creo que lo peor que le pudo pasar a la izquierda es Chávez, quien está quemando el último cartucho de la etiqueta “socialista” con su capitalismo bananero rentista y su populismo barato. Además, nadie quiere discutir ningún modelo alternativo y ahora que Chávez acostumbró a la gente a un populismo ramplón e ineficiente, nadie va a querer sacrificarse durante cinco o diez años para lograr que los medios de producción sean rentables y productivos. La crisis política se da en todos los niveles: las encuestas dicen que la mayoría es Ni-Ni. Esto sólo significa que la política, como forma de representación y organización social, no convence a nadie en Venezuela. Todos estamos irremediablemente convencidos de que la política es cuestión de mentiras, engaños, gozadera y corrupción; nadie ve alternativa a esto. Entonces, si unimos el populismo ineficaz a la crisis política, trata, con ese background, de montarte en el poder de manera honesta y explicar que vamos a tener que echarle bolas diez años antes de verle el queso a la tostada, antes de tener industrias nacionales productivas. Ja. Te tumban a los tres meses… Y ese es el peor daño que ha hecho el chavismo, es como que lleves tu hijo a casa de los abuelos que lo malcrían durante diez años y luego trates de enderezarlo sin la pataleta, diciéndole que tiene que comerse sus espinacas y que no hay más dulce.

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