I Celebrate myself: Una biografía de Allen Ginsberg

Bill Morgan, bibliotecario y secretario de la leyenda Beat, recorre en este libro las andanzas, dudas y trabajos del poeta norteamericano más famoso del último siglo.

¿Qué es el tan alardeado movimiento ‘beatnik’ y en qué consistía? El autor de la biografía más completa de Ginsberg, Bill Morgan, tiene una definición propia: El movimiento Beat significa simplemente un grupo de amigos y conocidos de Allen Ginsberg. Puede sonar pretencioso y hasta chocar a los ‘Kerouacianos’ (este post de Afinidades Electivas es muy recomendable en lo que se refiere a Jack), pero cuando leemos el trabajo de Morgan entendemos poco a poco que tiene algo de razón.

Los ‘Beatnik’ no existen. No hay manifiesto ‘fundador’ del movimiento ni líneas directrices, no hay un André Bretón explicando de qué se trata ni un Bolaño inventando el ‘realismo visceral’ o como se llame para oponerse a Octavio Paz. Es por eso que es tan difícil definir ‘lo Beat’, ya que políticamente encontramos a un Kerouac de derecha, conservador y católico hasta un Ginsberg completamente hippie y pacifista pasando por un Burroughs que nadie sabe bien en qué creía aparte del hecho de poder salir de su cuerpo y hablar con dioses egipcios. Semejante pasticho es inconmensurable, de ahí que ‘la generación Beat’ no exista.

En general, lo ‘Beat’ se refiere a un grupo de gente que rechazó el conformismo de la clase media a la cual pertenecían y decidió vivir al margen, buscando otro sentido a sus vidas. Sin embargo, como eso es más o menos lo que el 99% de los adolescentes hacen, cuesta definir esto como un ‘movimiento’ o una ‘filosofía’ de vida. ¿Qué es lo Beat?

El libro de Morgan nos da una visión muy completa de uno de sus pilares fundamentales: Allen Ginsberg. Morgan, utilizando archivos y basándose en una tesis de doctorado, sigue a Ginsberg desde principios de siglo para trazar la marca indeleble que el poeta dejaría sobre su país y el mundo. No sólo eso, sino que ‘I celebrate myself’ (me celebro a mí mismo -un título tomado de Whitman) coloca en nota al margen el momento preciso en el cual Allen escribió el poema, estableciendo una conexión sin precedente entre la biografía y el trabajo del apóstol Beat. Para los más fanáticos, una lectura con las obras completas al lado les dará una imagen total del personaje.


Hal Chase, Jack Kerouac, Allen Ginsberg y William Burroughs, 1945.

Eso sí, la biografía está cargada de referencias sexuales ya que si alguien no tenía pelos en la lengua para hablar de sexo era Ginsberg. Desde su infancia completamente homosexual (Ginsberg dice que nunca le atrajeron las mujeres) en la cual confiesa que le hubiese gustado que un hombre mayor ‘abusara de él y le mostrara lo que era el sexo’ hasta su sospechosa membresía a NAMBLA (una organización pedófila), pasando por tórridas orgías con todo tipo de gente, Morgan lo muestra todo. Esto viene de los cuadernos de apuntes de Allen donde él escribía hasta el más mínimo detalle. En una de las historias más interesantes del libro, luego de ser botado de Hungría por ‘moral cuestionable que no congenia con el partido’, el poeta se va para Cuba. Aquí, luego del primer trago amargo con los soviéticos, se ve preso de pánico cuando pierde uno de sus cuadernos de anotaciones donde confesaba que se había masturbado pensando que realizaba un trío con el Ché y Fidel Castro. Poco importa, al final lo echan igual y Morgan ilustra muy bien el desencanto del izquierdista Norteamericano con los sistemas socialistas del mundo.

En fin, en lo que a biografías se refiere, este libro de Morgan está en lo más alto de mi biblioteca. Desde los inicios de la ‘generación Beat’, que nace según él la noche en la cual Lucien Carr asesina a otro miembro del grupo y va a buscar ayuda de Burroughs y Kerouac, hasta la muerte de Ginsberg en New York, el trabajo de Morgan compendia los viajes iniciáticos de los Beats, junto con fotos y textos de archivo difíciles de conseguir.

En fin, ¿por qué es Ginsberg el motor de los Beats? Simplemente porque era la persona que estaba tratando de mantener el grupo unido y era el único con talento social para hablar con editores y convencerlos de publicarlos y darles espacio para las lecturas. No olvidemos que Allen era el agente literario de Burroughs (le publicó ‘Junky’ y ‘Queer’), Kerouac (no pudo publicarle ‘On the road’ pero abrió puertas) y Gregory Corso. Luego de conocer a Carl Solomon en un instituto psiquiátrico donde lo recluyeron, Ginsberg convence a Solomon de publicar a Burroughs incluso antes de conseguir que City Lights le publicara su épico Howl. Así era Ginsberg de altruista.

Algo impresionante del libro es lo dubitativo que era Allen Ginsberg. Incluso después de ser aclamado por la crítica, “Howl” le seguía pareciendo un poema malo. Yo, por mi parte, he leído Howl más o menos 25 veces y no me cabe en la cabeza que alguien pueda creerlo un poema ‘malo’. Entre eso y su propias dudas, Morgan pinta un cuadro muy interesante de quien fuese un pionero de la cultura americana de los sixties.

No sé qué más decir, aparte de que el libro es tan largo que me sería difícil -y a ustedes fastidioso- leer algo más en un blog. Lo que sí se desprende del texto es una visión profunda y completa del ‘movimiento Beat’ (lo que sea que significa eso), nutrida de personajes como Herbert Huncke, Diana di Prima, Leroi Jones, Carr y el enigmático Cassady quien, con su ‘Joan Anderson letter’ cambiara el estilo de Kerouac y Ginsberg por completo. Las ‘visiones de Cody’ de Kerouac son, de hecho, la reescritura de ‘On the Road’ después de leer esa carta y utilizando el nuevo estilo de flow que revelase Cassady.


Gregory Corso, Herbert Huncke y Ginsberg

El episodio que más me gustó fue el de la protesta de Lincoln Park en Chicago contra la guerra en 1968. Ginsberg es enviado como reportero junto a Burroughs y el francés Jean Genet, uno de sus ídolos. Los tres asisten a la protesta, temerosos de dar con la policía que, para la época, daba rolazos muy bien pegados. La manifestación hippie se desarrolla entonces en el parque hasta dar con, ¡o, sorpresa!, un bandón de policías que los rodea y arremete contra ellos. Los tres se separan: Ginsberg se queda en el parque y trata de calmar a los manifestantes cantando ‘Om’ y sentándose a meditar y, cuando le vienen encima, ni se mueve, conmoviendo al poli a dejarlo tranquilo. Burroughs, en cambio, asevera que tenía el poder de volverse invisible cuando quería así que, ¡zas!, se convierte en transparente y nadie lo toca. Genet, el único tipo medio cuerdo a todas luces, sale corriendo hacia unos edificios. Toca la primera puerta que encuentra y grita, en francés, ‘¡déjenme entrar! ¡Soy el escritor francés Jean Genet!’. Quien le abre la puerta es un estudiante algo incrédulo, que estudia literatura y está escribiendo una tesis sobre… Jean Genet. Un cuento insuperable.

Hay mucha tela que cortar y demasiada información para abarcarla toda aquí. Les dejo un poema inédito de Ginsberg que me gustó bastante y que seguramente no han leído.

Poet but sick of writing about myself
Buddhist agitator, but bad meditator with high blood pressure
Scholar but hardly read books no patience no more
Peacenik protester but coward and bored with confrontation
Leftwing but suspicious of communism and revolutions including American Revolution
Anti-Bourgeois but want a house and garden and car
Democrat but following Guru leader
Every political cause I tried went sour:
Communist-Socialist sympathies 1937 Spain, later disillusioned by reports of Red double-dealing
Vietnam idealization disillusioned by loss of civil liberties
Cuba kicked out
The Shah’s overthrow lead to more repression in Iran.

Calidad del libro: 5/5 -altamente recomendable
Título:
I Celebrate myself: The somewhat private life of Allen Ginsberg
Por Bill Morgan, ed. Viking, 2006. 657 páginas.

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2 Responses to I Celebrate myself: Una biografía de Allen Ginsberg

  1. andres says:

    Quiero manifestar mi repudio hacia esta frase,-(ya que políticamente encontramos a un Kerouac de derecha, conservador y católico hasta un Ginsberg completamente hippie y pacifista pasando por un Burroughs que nadie sabe bien en qué creía aparte del hecho de poder salir de su cuerpo y hablar con dioses egipcios)-.
    Creo que desconoces en un su integridad la obra de ellos tres, tal vez, te consuma la idolatría que sentís por ginsberg. Es decir, mencionas a kerouac como un hombre de derecha, católico, leyendo “los vagabundos del dharma” (aunque dudo) cambies tu posición.
    tu articulo no da mucha información. Aunque te recomiendo, que empieces por poner en google, la palabra dharma. Creo con seguridad y entusiasmo, que son fatalmente erróneas tus criticas sobre el catolicismo y su mirada derechista, hacia kerouac.
    Dejando esto de lado, quiero que nos dediquemos a kerouac y tu idea de escritor “conservador”. Claramente kerouac fue el primer el eslabón, hacia lo no conservador. Fue un sangriento escritor, que no conservo nada, y nos dejo toda su verdad, para siempre. Aun asi, completo su obra, en estados en los que nadie habría podido.
    Ni hola ni chau

  2. vinz says:

    Estimado Andrés:
    La lectura -y la postura- no son mías. Es un dato bien conocido que Kerouac giró a la derecha, renegó del movimiento hippie (que Ginsberg abrazó) y que pasó sus últimos días viviendo con su madre.
    Estos son elementos biográficos comprobados, no inventos míos, igual que su catolicismo.
    Recomiendo leas alguna biografía sobre cualquiera de los tres para que aclares las profundas lagunas que tienes al respecto, pero si no tienes tiempo, que te lo diga Kerouac él mismo:
    En mi familia siempre hemos votado republicano“:
    http://www.youtube.com/watch?v=l4ZDIF0RNro

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