Llegamos prácticamente al final de este año, por lo cual quería compartir con aquellos que me acompañaron en el fructífero intercambio de ideas en torno a la izquierda, este texto, brillante, esclarecedor, que resume muchas de las ideas que vengo barajando hace rato. Se los dejo, primero en el idioma original (inglés) y luego en mi apurada y atropellada traducción bastante aproximativa.
“The majority of pacifists either belong to obscure religious sects or are simply humanitarians who object to taking life and prefer not to follow their thoughts beyond that point. But there is a minority of intellectual pacifists, whose real though unacknowledged motive appears to be hatred of western democracy and admiration for totalitarianism. Pacifist propaganda usually boils down to saying that one side is as bad as the other, but if one looks closely at the writings of the younger intellectual pacifists, one finds that they do not by any means express impartial disapproval but are directed almost entirely against Britain and the United States” (Orwell, 1945, Notes on nationalism).
“[This perception explains] the sheer hatred of Orwell that is still to be found in some quarters. By living and writing as he did, he discredited the excuse of ‘historical context’ and the shady alibi that there was, in the circumstances, nothing else people could have done” (Christopher Hitchens, 2002, Why Orwell matters).
—–
“La mayoría de los pacifistas o pertenencen a una oscura secta religiosa o son simplemente humanitarios que se oponen a quitar la vida y prefieren no pensar más allá de este punto. Pero hay una minoría de intelectuales pacifistas cuyo verdadero motivo, aunque no lo promulguen, parece ser el odio por la democracia occidental y la admiración del totalitarismo. La propaganda pacifista suele reducirse a decir que un lado es igual de malo que el otro, pero si analizamos con lupa los escritos de los jóvenes intelectuales pacifistas encontramos que en ningún momento manifiestan una condena imparcial sino que se orientan casi por completo a oponerse al Reino Unido y los Estados Unidos”.
“[Esta percepción explica] el odio puro hacia Orwell que encontramos en ciertos círculos. Al vivir y escribir como lo hizo, restó credibilidad a la excusa del ‘contexto histórico’ y la coartada cuestionable de que no había, en esas circunstancias, nada más que se pudiera hacer”.
—–
Textos relacionados:
Pingback: ¿Cuántos iraníes hacen a un Víctor Jara? « Los cuadernos azul y marrón