Trabajar duro nunca ha matado a nadie, pero hay países donde es ilegal

Hay esterotipos que existen porque son verdaderos. Se invierte el reloj de arena: lo normal, es el esterotipo y las excepciones son contadas con los dedos de la mano. El hecho de que el correo público sea tan lento, tan arrastrado, tan tortuga, tan torneo de ajedrez, es una realidad.

Son cosas de mentalidad, como convencer a un alemán que reírse es bueno o a un venezolano que si dice, “nos vemos allá”, debería ir o al menos tener la decencia de excusarse. Cosas que no cambian, que están ancladas en la cultura y el idioma.

Que en Francia nadie quiera trabajar es un estereotipo que en el 90% de los casos es aplicable. Anteayer pasé –cuento verdadero-, media hora sentado en un bar antes de que me atendieran. Hablaba con una amiga y ella casi agotó la cajetilla entera de cigarrillos (francesa al fin) antes de que llegara, con mal humor y cara de cansada, la mesonera que tomó la orden y pasó veinte minutos más antes de servir una puta cerveza y un vino genérico.

Pero uno se va adaptando a lo que es un país desarrollado. Mi mamá solía hacer listas kilométricas en las cuales intentaba hacer cinco o seis cosas en una tarde (diligencias, lo llamaba ella, como si estuviéramos en el viejo oeste). En París, hacer un mandado puede convertirse en la tarde completa. Si usted dice, “recojo el paquete en la oficina de correos frente al Metro”, esto significa que más vale salir cuarenta minutos antes.

Todo esto lo digo porque recibí un papel en mi buzón que explicaba que el correo era demasiado grande y no cabía, que tenía que retirarlo por taquilla al día siguiente.

Primero, pasé de lo más iluso a las 6 de la tarde, cuando todo el mundo sale del trabajo. Mi madre, eso era un Nuevo Circo de correos, gente abarrotada haciendo la cola hasta afuera, en el frío. Qué les pasa, pensé, ni de verga (que es lo que decimos los venezolanos cuando nos ponemos filosóficos).

Segundo intento, once de la mañana de un día laboral. No hay nadie en el correo. No que esto sea bueno, ya que nadie quiere decir nadie-nadie; ni cajeros ni nada. Parecía una escena de una película de zombies. “Estamos en huelga”, explicó un tipo que apareció, casualmente y como quien no quiere la cosa, como a los diez minutos. “Sí, entiendo”, expliqué yo, “pero sólo necesito que me pasen este paquete, es todo”. Pueden creer que no hubo forma. Huelga es huelga. No soy rompehuelgas, venga más tarde y el desgraciado se desapareció antes de que le clavara un bofetón roquero, tipo olla de concierto de Rage Against the Machine.

Así que la última vez, fui preparado. Me llevé un I-Pod prestado (con Rage Against the Machine a todo volumen, claro) y un bolso con unas revistas y un sándwich de atún (de lo más oloroso). Me instalé allí, para más desconcierto de los taquilleros y envidia de los demás. Ofrecí sándwich –rechazado, son franceses, ¿recuerdan?-, y cuando el taquillero me preguntó qué carajo creía que estaba haciendo, le respondí, “huelga. Hago huelga. ¿Ustedes tienen derecho, no? Pues yo también”.

No solamente me atendieron, sino que hasta me atendieron bien, creyendo que era un tipo sindicalista que tenía algo profundo que manifestar. Yo era exactamente como todos los sindicalistas, no tenía nada que decir, aparte de defender mis intereses. Es por eso que decidí publicar esta foto que me pasó un pana, que representa de la mejor manera posible la filosofía francesa:

effort
“Esfuerzo: Trabajar duro nunca ha matado a nadie, pero hay países donde es ilegal”

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4 Responses to Trabajar duro nunca ha matado a nadie, pero hay países donde es ilegal

  1. Der Pratter says:

    Pana, brillante. Qué escena.

    Quizás tenga un sexto sentido para el asunto, pero todas las veces que he ido, me he encontrado con una huelga de algo. ¿Cómo hacen para que funcione el país? Estoy seguro de que deben haber miles de anécdotas y explicaciónes.

  2. Lorena says:

    Yo siempre me queje del servicio en Merida. Y eso es algo que aun me cuesta comprender y asimilar en Canada. Como hacen los mesoneros para ser siempre tan atentos? Como es que cada vez que te cogen la orden tienen una sonrisa enorme? Y la vaina es en todos lados, mesoneros, cajeros, tiendas, etc. Sera que los ponen a hacer a algun curso?

  3. Calíope says:

    Ya veo que la ineficiencia es algo que pulula por el mundo entero, ya sea que estés en la “ciudad luz”, o en pleno centro de Petare.

    Así es la vida, supongo.

    Saludos Vicente, nos estamos leyendo.

  4. Saucisse says:

    Je, je, je!!!

    Yo he tenido que ir a St Denis a buscar paquetes sin conseguirlos…

    Lo mas ilógico de esta sociedad es que mientras algunos trabajamos como negros para vivir como blancos, hay otros que se van de vacaciones sin trabajar, es decir, que estan de paro pero se van de vacaciones a Thailandia o Madagascar. Y llegan con aquellas fotos espectaculares… Pero cuando les preguntas : Y el trabajo? Te dicen muy orgullosos ” Ecabo de hacer un bilan de competencias y estoy esperando para hacer una formación”

    El mundo está al revés

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