Hugo y Juanca, en un contrapunteo versión llanera de “Sigo siendo el Rey”
Lo mejor en política es no aprender absolutamente nada, avanzar a lo Bush, aquí hay armas de destrucción masiva porque me da la gana. Después de la Cumbre Iberoamericana, uno creería que nuestros mandatarios aprendieron algo. Según las declaraciones más recientes, es obvio que ni aquí ni en ningún lado se aprenderá nada. Para qué aprender, si estamos en lo cierto…
El Presidente Chávez explica hoy que “no tiene la culpa” por lo sucedido en la Cumbre ya que él “dijo la verdad”. Que sea fuera de contexto, de manera inapropiada y diplomáticamente errada no importa. Usted entra a una farmacia con su novia y grita a viva voz que la acepta, que se van a casar. Usted sólo dijo la verdad, qué importa el resto.
Según el mismo Chávez, lo que sucedió fue “un debate con ideas muy intensas”, algo completamente normal. Es cierto. Esto fue lo que pasó (versión Krisis, co. ®):
Hay una cumbre con ideas intensas. Un carajo, en un arrebato típico de periquero -no me negarán-, se mete a gritarle a otro que es un coño ‘e madre, un fascista y que le de gracias a Dios que no se ven en la calle porque le arremete a cachetones. Los asistentes miran al acusador con la expresión típica de las comiquitas donde sale un (¿?) encima de la cara de los personajes, ya que el acusado, un tal Aznar, es el equivalente a un perro muerto. Es una piñata esguañangá, pero ahí va nuestro paladín, a entrarle a palazos. En el 2007, lo mejor que podemos hacer es convencer a todo el mundo (como si no lo estuvieran ya), de que Aznar, presidente depuesto, es una plasta. En el próximo episodio de la novela, Chávez atacará a Kissinger por la guerra de Vietnam. O se pondrá a explicar que la tierra es redonda. Más o menos lo mismo.
Sin embargo, en nuestro episodio de Punky Brewster versión criolla, en medio de la perorata de Chávez el director de la novela le da pie a otro güevón, que asoma su cabeza en la esquina superior del cuadro para lanzar la “idea intensa”: ‘Cállate, bestia’; palabras más palabras menos.
Luego sale Zapatero, el personaje ése que siempre hace la moral en estas series de televisión, y lanza una oda a la reconciliación, al entendernos, agarrarnos de la mano y fumar la pipa de la paz. Días después, Chávez afirma que no entendió nada de lo que dijo Zapatero y que seguro fue una “solicitud del Rey” el que él haya hablado sobre trivialidades como respetar a Aznar y no haya aportado una idea intensa tipo, “me cago en la ostia”, o esas cosas que dicen los ibéricos en todas las tascas de su país.
Yo estoy que no puedo con tanta idea intensa. Me he vuelto un verdadero demócrata, ahora se me ve en el metro debatiendo airadamente: tú, pajúo; cállate la jeta, fascista; anda a lavarte, joépu. La reacción de los otros ha sido de lo más Zapatero y yo no entiendo nada…
P.D.: Por supuesto que lo más patético de todo esto es el público, el cual no escatima para lanzar loas a un Rey extranjero porque insultó a Chávez (en el caso de la oposición), o saca la navaja de Ockham esa del 12 de Abril y se pone a disertar sobre Franco y otras cosas de las cuales nada sabe (en el caso de los gobierneros). Bella forma de perder el tiempo y llenar el ciberespacio de basura, más basura y repetir la basura de los demás. Diviértanse.