Hoy empezó uno de los movimientos más interesantes que se puede vivir en Francia: La huelga del transporte público. Veremos qué queda de esta prueba de fuerza entre el gobierno y los sindicatos.
Para nadie será noticia que los sindicatos vienen retrocediendo en todas partes y que la gente percibe estas organizaciones como una traba para el «desarrollo», siempre y cuando consideremos «desarrollo» el hecho de que tu patrón «te de la opción (que no puedes rechazar) de trabajar más».
Los sindicatos era lo que otrora evitaba que el poder económico aplastase al obrero. Todos recordamos el ejemplo de privatización de las vías férreas inglesas y la destrucción de su sindicato, lo cual condujo a desastrosas consecuencias (para el obrero, no para la compañía). La excelente película «The navigators», de Ken Loach, es un ejemplo de lo que puede pasar y suele ser algo que olvidamos cuando se habla de este tema.
En todo caso, Francia es de los pocos países donde los sindicatos todavía tienen la chupeta por el palito, a pesar de las acciones arrastradas y bajas de parte del gobierno por restarles fuerza. El intentar pasar una ley de «servicio mínimo» para obligar a los sindicatos a no crear una parálisis total durante las huelgas, es de lo peorcito que este servidor haya visto (y vaya que he visto cosas).
¿Por qué es la huelga? Preguntarán. Es simple. Por la reforma de los retiros «especiales» que tienen los empleados del transporte público. Luego de décadas de lucha y negociación, los sindicatos lograron reivindicar un plan de retiro donde se cotiza 37 años y medio y el retiro se logra con un jugoso porcentaje del salario final del empleado (en casos «normales» se aplica una media de los últimos diez años de retiro). Los años de cotización quieren aumentarse a cuarenta. He allí el tuétano del problema.
No es grave, dirán algunos. Visto así, claro que no. Pero los franceses entendieron que si te dejas poner la pata una vez ya que ‘no es grave’, vas a terminar como el chiste de la pareja de enamorados donde el novio arguye ‘sólo la cabecita’. Esta hierba mala se corta por la raíz y desde el principio, si la gente no se organiza ahora, ¿cuándo lo va a hacer? ¿Cuando finalmente el gobierno llegue a límites de proponer una reforma del artículo tipo 337? Demasiado tarde? En ese momento el pueblo y los sindicatos, estarán más empalados que el indio Guaicaipuro.
Francia es un país donde la gente sigue teniendo el poder. Un paro de los empleados del transporte afecta: al 20% de los empleados franceses directamente ya que trabajan en ese sector y puede afectar, según estimaciones, a más del 50% del país de manera indirecta. Eso es tener poder político. Eso es darle una patada al gobierno. Me gusta Francia, porque sigue siendo uno de los pocos países donde la gente se puede lanzar en pie de guerra y afectar las cosas. Donde los empleados pueden decir, ?¿es una ladilla china moverse por París sin Metro, verdad? Entonces tal vez deberías tratarnos mejor? Te olvidas quién está arrastrándose como una rata en los túneles que tú sólo conoces gracias a Los Miserables. Nosotros trabajamos, mientras tú te echas tu cafecito au lait frente al museo. ¿Acaso te olvidaste quién coño manda en esta vaina? ¿Creías que eras tú? Más respeto, pues.
Yo apoyo la huelga por una sencilla razón (aparte del no dejarse montar la pata, jamás): ¿Cree usted que los ‘retiros especiales’ son beneficios exclusivos de los empleados del transporte? No, claro que no. Ahora, la pregunta clave: ¿Quién cree usted, querido lector, que beneficia de un ‘retiro especial’ mucho más jugoso? ¿No? ¿Se rinde?
Quién más. Los diputados y senadores. ¿No lo vieron venir? Si el gobierno quiere cambiar los retiros, que empiece por dar el ejemplo. La gente acá no es imbécil. Y la ironía de esta medida es lo que les da bronca. Ya veremos qué pasa, hoy me moveré a pie por la ciudad. No me molesta, al final estamos hablando de París en el 2007, no de Dresden al final de la guerra mundial. Ya les contaré.
P.D.:Por cierto, los sindicatos no están en contra de la reforma (como creen muchos imbéciles, que los sindicatos están ‘en contra’ de todo). Los sindicatos, estimados amigos, lo único que piden es establecer un diálogo, que se les consulte, que no se les imponga nada. ¿Les parece esto descabellado?
¿Esta es la cola pa’l Metro?