Extendiendo mi punto del post anterior, un ejemplo de lo que entiendo como la perversión entre “ayuda” y “caridad – limosna”.
Cuando estaba estudiando Etnometodología hace un par de años, me tocó hacer unas pasantías en la A.D.I.E., la “asociación por el desarrollo y la inserción económica”, en París. Dicha asociación, con la cual estuve 4 meses, se dedicaba a una tarea muy loable: prestarle dinero a la gente demasiado pobre como para presentarse en un banco y pedir un crédito. Yo estaba encargado de hacer encuestas y dirigir un estudio de necesidades con la gente a la cual ayudábamos, por lo cual hube de pasearme mantas veces (¿por qué diablos estoy escribiendo tan rococó?) por los suburbios parisinos más desfavorecidos, aquellos que hoy en día se consumen a sí mismos a sangre y fuego.
La ADIE era una asociación particular, que bien pudiera ser el brazo juvenil del partido de los verdes. Todos jóvenes franceses, todos de la pseudo-izquierda, todos “bobós”, como les dicen aquí: burgueses bohemios. Es decir chamos con plata que deciden irse por otras vías, generalmente artísticas, y viven de los padres en la mayoría de las ocasiones. Los temas de conversación eran la más deplorable caricaturización de la izquierda, los campos de mariguana en marruecos, el hambre en el África, el matrimonio entre homosexuales. Digo deplorable, no por los temas, sino por la forma de llevarlos, había que simplemente dar un juicio u opinión (“ojalá legalizaran el monte”) sin ningún tipo de reflexión de trasfondo, para luego regocijarnos todos y pensar que éramos ciudadanos “involucrados”, conscientes, políticamente activos.
En fin, el método empleado por la ADIE para ayudar a la gente a salir de abajo se basaba en préstamos evolutivos. Se empezaba analizando el dossier de la persona, su proyecto comercial, y se le prestaba la enorme cantidad de… mil euros. Cuando la persona pagaba esto, le daban dos mil, y así sucesivamente hasta llegar a cinco mil, el límite máximo. Cuando la persona llegaba acá, se le agradecía su participación y se le recomendaba ir a ver un banco, sin ningún tipo de apoyo colateral.
Mi investigación iba orientada a buscar los resultados de la ADIE y las necesidades de la gente, aparte de intentar explorar la imagen que tenía la asociación en los entrevistados. Pues cual fue mi sorpresa cuando me enteré que en los cinco años que llevaban, ningún cliente, nadie, había logrado salir de abajo, es decir, pedir un préstamo en un banco y montar una panadería o un abasto, que es lo que la mayoría quería. Era una simple economía de supervivencia, los clientes vendían bombones a la salida de clase de sus niños, o importaban telas y se las vendían a costureros senegaleses. No eran malos negocios, pero con sólo cinco mil euros tampoco alcanza para mucho.
Cuando comencé a investigar la imagen que la ADIE tenía en los clientes, ninguno la comparó con un banco, todos lo vieron como una organización que ayudaba algo pero que no hacía suficiente. Es horrible ir a visitar una familia pauperizada, que te recibe con los brazos abiertos y te ofrece lo poco que tiene, que logra montar un proyecto estable y que luego, cuando te ruegan que les prestes más dinero, que quieren educar a sus hijos, que quieren una pequeña tienda, pues decirles que hablen con el jefe pero que la respuesta es “no”.
Me sentí manipulado por la ADIE y manipulador de los clientes. La pregunta que manejé en mi investigación fue, ¿de qué carajo sirve la ADIE, si la verdad es que no ayuda a nadie? ¿Por qué sigue este sistema de limosna en pie?
Era obvio, pero me llevó algo de tiempo descubrirlo. La ADIE no “ayuda” a nadie, al menos no a los clientes. La ADIE fue montada por la izquierda rancia para ayudar a los franceses, jóvenes, desempleados e idealistas, manipulándolos y colocándolos en una asociación que les daría currículo, sueldo y experiencia durante dos años. A los dos años, los empleados se iban de la ADIE. Todos tenían carreras exitosas. A los dos años, casi todos los clientes habían pagado sus préstamos. Todos seguían viviendo en la misma precariedad.
Esta institución representa para mi un ejemplo típico de lo que quise decir entre ayudar y limosnear. Lo peor es que los chamos que trabajaban en la ADIE pensaban que de verdad ayudaban a la gente, y cuando me puse a indagar con precisión, se pusieron algo bravos, a nadie le gusta sentirse manipulado y que pierde el tiempo. Paradoja: La ADIE, creada para ayudar a los pobres, no ayuda sino a la gente que trabaja en la ADIE… Y se me hacía insoportable, luego de visitar un squat de senegaleses en el 93, volver a las oficinas a ver a esta gente cómodamente llenándose la boca de sushi y hablando del viaje que iban a hacer a Turquía.
Para concluir: Recalco que NO dije que ayudar sea malo. Todo lo contrario, ayudar sí, pero de verdad, sin caer en el limosneo que lo que hace es corroer todas las bases de la ayuda. Insisto que es hipócrita “limosnear” y luego justificarse diciendo, “bueno, al menos es algo”; si quieres ayudar, ayuda de verdad, sino, tu limosneo lo que hace es ir en contra de la ayuda, en contra de las bases necesarias para que la gente se desarrolle. La ADIE es la paradoja más grande que haya visto.
Yo tengo exactamente la misma opinion de muchas ONG’s que van a los paises subdesarrollados. Es mas, marco mi vida una conversaciòn entre dos amigas, una Española que trabajaba en una ONG en Africa, y la otra Africana, muy preparada y conocedora de la realidad de ese continente. La Africana sostenìa que al final, era mas el daño que hacìan las ONG’s que lo que realmente ayudaban. Claro, las ONG’s crean empleo extraterritorial, y eso no està mal para paises donde el principal problema es e desempleo.
Buen punto el tuyo, ciertamente si se va a ayudar ha de ser una ayuda real, si no es asi, mejor que no hagan nada.
Pasaba por aqui, dada las noticias sobre Paris, espero estes bien.
Bueno mi amigo Vicente, creo que has tomado nuestras quejas como criticas hacia tu forma de pensar, y por ello creo que te debo una disculpa, pero mis sentimientos se anteponen muchas veces a mi pensar y el echo de que alguien pueda hacer daño a mis familiares me causa una incalculable rabia, desde que me entere del viejito que mataron me dieron ganas de matar a alguien a mi también, y no es la solución lo se, solo es un impulso estupido.
Cambiando el tema, luego de leer tu post se me ocurrió una idea que quizás serviría de algo o diera pie para una mejoría a futuro de la situación actual, viendo que existen estos planes como el que nombras aquí (los cuales desconocía), pienso que se podría crear un nuevo plan experimental que se caracterizaría no por prestar dinero, de echo ningún tipo de ?ayuda monetaria? hablo de prestar ayuda de otro tipo, del tipo que nombras en tus post, intentare explicarlo un poco aunque la idea puede extenderse mas de lo que yo me imagino en este momento.
Imagina que jóvenes como los que hacían estas encuestas estupidas, se acerquen a estos hogares ofreciendo un programa de educación sobre impuestos, créditos, contabilidad, formas de negocio por nombrar algunas cosas, pero no solo en la parte administrativa, podrían atacar temas sociales, psicológicos como el sentirse excluidos o menospreciados, quizás un nuevo plan de integración donde ellos mismos plantearan sus intereses y necesidades de conocimiento, esto con la firme intención de insertarlos en el sistema definitivamente haciéndolos seres productivos, que ellos tomen la decisión de serlo y el programa les de las herramientas y la ayuda técnica que necesiten para formarse así sea inicialmente en pequeños rubros (secretaria por nombrar algo) a las amas de casa les serviría mucho (sobretodo a las que no tienen muchas posibilidades de salir de casa) y quizás por que no también se efectuaría un intercambio cultural (como el que tu tuviste con tus visitas) que limarían un poco los estigmas que existen sobre razas y religiones, imagina que te asignan a una familia por un periodo como un par de meses de duración donde tu misión es interactuar con ellos para ? enseñarles a pescar ? algo bastante interactivo, y si funciona crearías automáticamente nuevas fuentes de empleo.. Seria algo así como fomentar el desarrollo integral desarrollando el aparato productivo al mismo tiempo? quizás estoy loco y eso que no he fumado nada en un buen tiempo.. .pero por ahí podría haber una solución.. Aunque yo la apuntaría mas dejárselo a los sociólogos / psicólogos? bueno, Se que mi planteamiento no esta completamente claro, pero digamos que la base de esto es hacer ayuda social una ayuda personalizada en el grado que la necesidad del individuo amerite, lo demás, enseñanzas y todo el resto debe estudiarse bien,
Que solución tu propondrías ¿?
Saludos bro
No vale, Stokma, para nada. Si tengo un blog, no es para pedirles que me digan que están de acuerdo con todo lo que digo, al revés, doy gracias al hecho de que no tengo opiniones finales sobre casi nada (sólo sé que no sé nada, etc.) y si las coloco aquí es justamente para soportar una lluvia de críticas y ver hasta dónde llega a aguantar mi techito de zinc. Creo en la apertura de opiniones y siempre y cuando se haga en un entorno de respeto no habrá problema. Nunca dije tener la solución o la respuesta a todo. Entonces, no te inhibas ?al menos no en mi blog- de defender tus opiniones y críticas si te parecen coherentes, no es más de lo que trato de hacer yo mismo. Hace rato que vengo diciendo que el problema de Venezuela es justamente ése, no poder desligar la crítica de los afectos, somos una sociedad de rebote donde cuando se dice algo no es para polemizar, al contrario, es simplemente para que todo el mundo esté de acuerdo contigo y te sientas ?inteligente?. Más de una vez me han echado de fiestas simplemente por ejercer mi derecho y defender mi punto de vista diciendo que no estaba de acuerdo con el otro. Problemas de decadencia, pues.
Es obvio que no tengo las soluciones, pero no creo que eso signifique que mi crítica se invalide. Es como proponer algo y luego, cuando una persona te demuestra lo ilógico de tus argumentos, responder: ?ah, sí, güevón, ponte aquí y propón algo para que veas lo peluo que es? (algo típicamente decadente venezolano). Sin embargo, me permito atisbar ciertas nociones.
La primera y principal traba que veo (y que está por encima de partidos políticos, más bien tiene que ver con colonialismo) es la de suponer, hipócritamente, que Francia quiere que los inmigrantes sean abogados e ingenieros. Hay países donde ello no se plantea, si usted era colombiano e iba a trabajar en Venezuela en los años ochenta, pues debía trabajar de servicio, era lo que había, estaba claro y no creaba incongruencias. Veo gente yendo a USA of NA a ser mesonero, sin aspiraciones a más nada, y por ello no caen en la incongruencia. Cuando planteas que los inmigrantes serán iguales, (?égalité?) ¿qué significa esto? ¿No será que la ghettoización de los inmigrantes responde a un aparataje social (colegios malos, pocos servicios) que hace que su rol sea simplemente trabajar en servicios? Si es así, llegamos a una contradicción: no te puedes comer la torta y tener la torta al mismo tiempo. Si van a ser obreros, pues no les digas que hay igualdad y que fue lo que ?escogieron?. La sinceridad acaba con éste tipo de ilogismos.
Como ves, creo que todas las preguntas subsiguientes salen de la primera. Villepin propone un ?contrato de aprendiz? para los jóvenes pero, ¿hemos aclarado su rol en la sociedad? ¿Se les ha explicado que su único chance era ser aprendiz? Sino, el inconformismo seguirá apareciendo. Mantener el discurso, ?eres libre y es tu culpa que hayas terminado de aprendiz? sólo crea malestar. La lógica es una herramienta que la gente conoce muy bien.
Ensuite, otras preguntas (y posibles soluciones) surgen: ¿Si quieres integrar a la gente con dignidad, por qué los metes en unas cités horribles? Si son humildes y honestos como dice el discurso oficial, ¿por qué les temes y no los dejas integrarse en París, no botados en los suburbios? ¿Qué concepción del inmigrante tienes? ¿Por qué no educar a la población para que los acepte, los reciba y no los discrimine, para luego mezclarlos en edificios sociales dentro de París?
Como ves, los filósofos, si bien no servimos a dar soluciones, si podemos analizar la realidad y explicar la lógica de lo que ocurre. Creo que hasta que no se respondan estas preguntas, no llegaremos sino a posponer el estallido social. Porque la política fue hecha por leguleyos, porque nunca hubo una reflexión verdadera sobre los inmigrantes, llegamos a donde estamos.
Esa es mi propuesta, si se le puede llamar así. Como verás, para mí la cosa no se resuelve con leyes (ayudas, contratos o lo que sea), sino con un replanteamiento de la estructura social y el rol de los participantes. Hasta que no se responda esa pregunta, seguirá latente, bajo la piel francesa, produciendo discriminación y odio.
¡Saludos!
Creo que tú explicación de la lógica del asistencialismo va bien encaminada, Vicente. Coincido en que la función del asistencialismo es contribuir a la reproducción de la pobreza y al reforzamiento de la exclusión.
Tus dos ejemplos (la ayuda por paro otorgada por el gobierno y los micro-créditos del partido verde) aportan más evidencias para identificar los efectos negativos del asistencialismo. No importa mucho que tipo de ente administre el programa (quizás LuisMa pueda aportar ejemplos concretos de ONGs que administran programas asistencialistas con resultados negativos; igual podrían darse ejemplos de iglesias, sindicatos o de empresas privadas), el hecho es que los programas asistencialistas reproducen la pobreza, despilfarran recursos y generan más conflictos sociales, que en algún momento estallan.
Por eso es que tenemos que seguir insistiendo en el desmontaje del asistencialismo y en el fomento de políticas de desarrollo social integral. Stokma anda bien encaminado en su propuesta. Programas de este tipo han funcionado bastante bien, en distintas partes del mundo.
El problema es que el asistencialismo tiene muchos dolientes. Especialmente entre políticos que los usan como mecanismos clientelistas para asegurarse votos o fuerzas choque, o simplemente como pantalla para sus consignas populistas.
En cambio, los programas de desarrollo social tienen muchos enemigos. Especialmente entre aquellos que se benefician directamente de la pobreza y entre quienes son reaccionarios por convicción, aunque se disfracen de izquierdistas.
Se me va largo el comentario. Tengo pendiente escribir más sobre el tema en el espacio de Reste@dos. Esta conversación es muy estimulante.
Qué bueno encontrar "venezolanos" hablando diferente. Soy una izquierdosa de los años 60 y ando ahora sesentona… No tengo su nivel educativo y quizás me faltan elementos para entrar en su intercambio, pero estoy de acuerdo en que no podemos aceptar como bueno el "limosneo" al que nos tienen acostumbrados a las "clases menos favorecidas" en los paises menos desarrollados y que necesitamos de programas de incentivo social que apuntalen el factor educativo, como base de crecimiento personal y social, para que entendamos que la "limosna" de donde quiera que venga no soluciona nada y en cambio lesiona profundamente nuestra dignidad humana.