Primera parte sobre Berlín, lo que hasta ahora me parece una de las capitales más interesantes (sino la más interesante) de Europa. En esta parte: Mitte y el antiguo muro de la ciudad.
Berlín fue lo mejor del viaje. ¡Qué ciudad tan impresionante! La verdad que podría dedicarle 10 posts, pero tranquilos, no los voy a torturar con eso. La primera cosa que tienen que saber es que en Berlín (y en toda Alemania, prácticamente), NADIE habla inglés (ni francés, ni español, etc.). O sea, cuando le preguntas “spiki ingliss?”; ellos responden “a little bit“, lo que quiere decir absolutamente nada; luego le preguntas “Do chu know, güer dis Hostel ist?”, y la persona que se supone habla “un poquito” de inglés te dice “Yes, yes, very good”. Insistes y no logras comunicarte, en fin, más vale llevarse su diccionario de alemán.
Yo por mi parte, había estudiado un año del idioma, así que por supuesto que no hablo ni papa. Pero me las arreglé: Llegamos -perdidos, como siempre- a una bomba para buscar direcciones hacia el camping.
-Spiki ingliss? -pregunté a un teutón mustachudo detrás del mostrador.
-Nein! -respondió, con tanta fuerza que casi me sopla y me bota de la tienda como el lobo feroz. A fajarse, pensé, aquí va un año de alemán:
–Entshuldigung, können sie mir bitte sagen, wo die campingplatz für Tepisch ist?
Valga la aclaratoria: yo estaba convencido de que “Tepisch” significaba carpa (por alguna tonta asociación con “Tippie”, las carpas indias de los aborígenes norteamericanos) así que después de lanzar mi frase en perfecto alemán -y sin acento, claro está-, el tipo se me quedó viendo raro, ya que le había dicho, “¿sabe usted dónde se encuentra el camping de alfombras?”.
Así que él no entendió, y yo de imbécil seguí insistiendo, Tepisch, tepisch, mein tepisch; mientras hacía un triangulito con los dedos y agregaba verbos en infinitivo, “yo dormir en mi “tepisch”: Ich slaffen in mein Tepisch“. Nanay sisa, como decía Franklin Virgüez. Fue entonces cuando otro alemán nos salvó la vida: el señor de atrás en la cola me explicó que él tenía un mapa y que nos ayudaría a buscar el camping.
Ahora bien, yo escuché que los alemanes son “fríos”, pero les juro que es la segunda vez que voy a Deutschland y como la quinta que algún alemán me ayuda amablemente en la calle sin que yo se lo pida. Este señor, no sólo buscó en el mapa dónde quedaba el fulano campingplatz, sino que después de ver que no entendíamos nada, nos llevó en caravana, alejándose de su ruta, nos mostró dónde era y nos deseó suerte en el viaje. Gente excepcional todavía queda por ahí (y ninguno en París, por cierto).
…Y llegamos al paraíso. El mejor camping de todo el viaje. Tenía té gratis todo lo que quieras, internet gratis, 7 Euros la noche, cocina y fogata donde la gente se reunía y vendían birras de medio litro a euro y medio. Se armó un limpio, pensé, sobre todo porque la gente ahí eran puros chamos como nosotros y el ambiente era súper relajado, nadie se metía con nadie.
Luego de dejar las cosas, fuimos a atacar la ciudad. Berlín tiene muchos barrios y distritos, pero teníamos que empezar por el más famoso: Mitte, el que está en el medio (no duh).
Es aquí, en la puerta de Brandemburgo donde la ciudad vivió su tan destartalada historia. La sensación que te da al estar en Berlín es de estar en la vorágine del mundo, el Aleph, un punto que consumió la historia y se la acaparó, sobre todo por su sufrimiento y su potencial. Estar en Berlín es estar EN la historia, viendo seres humanos enfrentados, tomando decisiones inhumanas y descabelladas y luchando por cosas relativamente importantes, cuando se ve lo que tuvo que atravesar esta ciudad en cuanto a humillaciones y angustias.
La ciudad está en plena reconstrucción. El primer día sólo visitamos Mitte, caminando por Unter den Linden y lo que fue la parte Oriental de Berlín. El sentimiento de desolación, de guerra, que te da décadas más tarde, es impresionante. ¿Cómo es posible que ESTO haya sido la puerta de Brandemburgo en 1945?
Luego caminamos y vimos la Bebelplatz, donde los nazis quemaron los libros de Freud y Thomas Mann (acusados de sentimiento anti-alemán) y llegamos al “Berliner Dom”, el domo de la iglesia de Berlín.
Al lado del domo pueden ver este armatoste, que representó el parlamento de la RDA o de Alemania del este. En el mejor espíritu comunista, el edificio es un bodrio construido con los peores materiales, por lo cual hoy es inutilizable ya que esta contaminado con asbesto.
Lo más particular de la ciudad es su característica de “espejo”: dividida, obligada a competir consigo misma, la ciudad tiene -o tenía- dos de cada cosa, dos alcaldías, dos parlamentos, dos plazas históricas, etc., una para cada mitad. Aquí se ve la Rotesrathaus, la alcaldía roja del lado del Este que ahora es la alcaldía municipal (si no me equivoco).
Luego de caminar por Mitte y un poco perdidos sin conocer bien el mapa todavía, fuimos a ver lo que quedaba del muro. El muro todavía está bastante intacto en varios puntos, donde se puede ver lo que es la locura humana y la estupidez política llevada a su extremo.
Hacia el norte de la ciudad y caminando por instinto, conseguimos un gran pedazo del muro intacto, con una zona de contención y toda la desolación alrededor. Hasta aquí, sólo habíamos visto el lado Oriental de la ciudad, el barrio Mitte en plena reconstrucción y búsqueda de identidad y ahora, caminando al norte, encontramos este inmenso tramo, sin nada alrededor, lo demás era silencio, edificios abandonados y la noche que comenzaba a caernos encima.
No se puede explicar la sensación de estar parado delante de tal cosa. Me dio pena siquiera tomarle fotos, y traté de hacerlo lo más discreto posible, no como algunos que se ponen a sonreír y saludar la cámara mientras tocan el muro al lado de una placa que dice “aquí murió fulano, acribillado a muerte mientras trataba de saltar el muro”.
Ir a Berlín es un viaje a la conciencia, y perderse en banalidades me parece inadmisible. Si usted creía que el ser humano era inteligente y considerado, vaya a Berlín: aquí verá lo que la codicia y la avaricia pueden llegar a inflingirle a los otros. A través de toda la ciudad, ves pedazos de recuerdo, “por aquí pasaba el muro”.
Y está bien que no lo eliminen. Está bien que se recuerde esta etapa, que ES alemania, que es el mundo. Lo positivo es que esta ciudad te da una impresión de voluntad, de querer progresar, construir; a lo largo de toda la ciudad hay 20 metros que eran muro y que comienzan a integrarse, a desarrollar.
Volvimos al camping sacudidos por la impresión de la capital. Estar en Berlín es como hablar con una dama que soportó la peor tortura de su marido, a quien le pegaban y abusaban durante años. Ahora, esa dama está de pie, tiene confianza en sí misma y lo que puede lograr, y no está dispuesta a pedirle ayuda a nadie porque sabe su potencial. Berlín, más que una ciudad, es un llamado a la esperanza y una celebración de la voluntad humana.
Seguimos en el próximo post, por ahora los dejo con unas fotos del memorial judío que acaban de abrir.
Hola!
Yo también estoy viviendo en Francia y hace poco tuve la oportunidad de visitar Frankfurt unas horas mientras hacia la escala de un vuelo. Como a tí, me sorprendió agradablemente la amabilidad de la gente que ya al verte perdido se acercan para ayudarte con una sonrisa en la cara. Incluso una señora caminó con nosotros unas dos cuadras hasta la estación de tren. En cambio, nosotros si conseguimos muchísima gente hablando inglés;serà por la ciudad. Saludos desde Marsella!
QUE ARRECHO! Listo… me convencistes! (Ya papa me habia hablado maravillas de esta ciudad tambien).
Impresionante, yo soy una apasionada de la historia de la II, de hecho una vez tuve la oportunidad de tener en mis manos una edición original del Manual de los Nazis dodnde describia todas sus costumbres y lo que tenian que hacer diariamente, que comer, que rezar y a que hora, Me impresiono parecía que tenía en mis manos una especie de arma mortal. Espeluznante!!!
Siempre ha sido la cuidad de europa que más he rerido vistar.
besos
Bueno, yo fuí a Berlín en el 92 cuando aún estaba crudita la caída del muro, pasé sólo cuatro días y me faltó rodar bastante por la ciudad…pero they spoke English!
será que con los años se han vuelto reacios a hablar la lengua de Shakespeare??
está bueno este relato 🙂
Epa, ese monumento de los judios es el que los bloques simbolizan los miles que murieron aqui y alla? creo haberlo visto en la tele, me impresiono la cantidad de judios que murieron… como 6 millones si mal no recuerdo :S
Estuve en Berlin una vez en el 90, en realidad fue bastante rapido solo un dia para ver el concierto de Roger Waters en Potsdamer Platz, ahora tomare estos datos para cuando regrese…. posiblemente el proximo año 😉
El concierto, fue el mejor que he visto en mi vida, y creeme que he ido a conciertos…. ah y aprendi aleman! (no se como escribirlo) pero se decir: shaiser, arshloch, praust!, guten tag, kino y ich lived ich (todo en una sola noche!, con un año de estudio en el idioma me nombran alcalde de esa verga)
Rata!
Viste a Roger Waters? Yo no me quedo atras… Lo que pasa es que no llegas aun al post de Weimar… 😉
P.D.: Le echaste bolas al aleman… Aunque alcalde? Eso no tiene nada de divertido! Ah, bueno, pero entras gratis al Reichstag. Pero bueno, como todo el mundo entra gratis…
Peace!
nanay cisa decía era el narco colombo no Franklin Virguez,o sea, Eudomar Santos