Quiero presentar entonces, lo que constituyen a mi parecer dos falacias o engaños del discurso político venezolano, falacias ligadas a la respuesta que se supone debemos dar a la pregunta: ¿Qué opinan de Chávez por allá por Francia?
Dos falacias venezolanas
Vicente, haciéndose el pingüino.
Publicado en:
El Nuevo Cojo Ilustrado, Enero 2005
Llegan las fiestas navideñas, aquella época en la cual algunos de nosotros que estamos en el exterior regresamos al país de vacaciones, para compartir con nuestra familia y amigos. Así, tratas de ser amable y atento con todos, llevando regalos para los panas y varios cuentos para amenizar las reuniones. Sin embargo, a la mitad de la reunión familiar de noche buena, cuando estás meneando el segundo güisqui o peleando con el gato “Burbujas” para que deje de montarse en tu pantalón recién planchado, aparece la pregunta fatídica, formulada por la inevitable tía Gertrudis:
-Y dime, Vicente: ¿Qué dicen de Chávez por allá por Francia?
Es allí cuando el inconspicuo viajero, que no quería más que comer hallacas e ir a la playa un fin de semana, es enfrentado a una retahíla de falacias políticas venezolanas que pueden desencadenar una guerra de insultos e improperios, aderezada con platos y vasos volando o causar un pre-infarto al abuelo Cheo. Quiero presentar entonces, lo que constituyen a mi parecer dos falacias o engaños del discurso político venezolano, falacias ligadas a la respuesta que se supone debemos dar a la pregunta de la tía Gertrudis.
Falacia N°1: “Todo el mundo gira en torno a la horrible dictadura/excelente revolución venezolana”
El problema de responder ésta o cualquier otra pregunta es que la gente no te crea lo que le dices. Cuando digo que en Francia no dicen nada de Chávez, simplemente porque Chávez o Venezuela no son noticia, la tía Gertrudis pone los ojos chinitos, arruga la frente y me dice que no entiende. ¿Cómo es posible -reflexiona ella en voz alta-, que no se hable de los atropellos gubernamentales, del “fraude” electoral, de la ley mordaza? Allí la cosa se pone complicada, ya que a pesar de que le expliques que la prensa francesa publicó la noticia, es decir, “el CNE, el Centro Carter y la OEA avalan el triunfo del No”, mi tía Gertrudis sigue empeñada en que Francia, el país de los Derechos Humanos, debería intervenir para destituir al Presidente de Venezuela, planteamiento que le parece sumamente democrático y coherente. Para mi tía, es obvio que cada detalle representa un hecho inaceptable que marca no sólo la historia venezolana sino la historia mundial, de allí que ella no entienda por qué Europa no “se pronuncia” en el caso Venezuela.
En este sentido, mientras en Ucrania están al borde de una guerra civil, en Costa de Marfil están matando franceses, en Irak explotan bombas todos los días y en París se muere Arafat bajo sospechas de envenenamiento; es ridículo que yo tenga que aclararle a la tía que colocar en la primera plana de Le Monde o Le Figaro “se queman las torres de Parque Central” implicaría un boicot tan grande al periódico que mayo del sesenta y ocho parecería una pelea entre estudiantes al lado de la indignación y la sorna general que tal noticia despertaría en la población.
Mi tía sigue impertérrita, explicándome que en las torres se encontraban las pruebas del fraude electoral que los chavistas pretendían quemar y que nos encontramos ante una de las estafas políticas más grandes del siglo en Latinoamérica. Yo por mi parte, comienzo a ojear el ponche crema que está tomando la tía, buscando rastros de LSD o ajenjo, en el mejor de los casos. Inútil explicar, apelando al sentido común, que hace unos meses suspendieron a un periodista en Francia por decir “Alain Juppé se retira de la vida política”, cuando lo que Juppé dijo fue “me retiro paulatinamente de la vida política”. Este caso fue tan “grave” que obligó a renunciar al presidente de la cadena France 2, aparte de tener que excusarse públicamente. Ahora bien, querido lector, una pregunta estúpida: Si “se retira” en vez de “se retira paulatinamente” conduce a la renuncia del presidente de la televisora, ¿qué sucedería si, como arguye mi tía, la televisora declara que “hubo fraude” en Venezuela, o que “quemaron las pruebas” en Parque Central, etc., etc., etc…
Sin embargo, aparece un tío que, ante la gritería de mi tía, le dice que se calme, que no me “pare bolas”, que yo soy “chavista”. Esa es, probablemente, otra falacia oculta, algo que podría formularse como: “El que usa el sentido común o algún otro tipo de razonamiento y no se traga nuestros argumentos por más descabellados que sean, es chavista”. Como dicen los gringos: for the record, no soy chavista, pero me niego a hipotecar la razón, que es lo último que me (nos) queda.
Falacia N°2: “Tú no sabes porque tú no estás aquí”.
El capítulo con mi tía lo borro de mi memoria y lo atribuyo a un grado elevado de senilidad (o al LSD que no encontré), y busco refugio en los panas, siempre comprensivos, siempre solidarios. A nivel de la tercera birra y la segunda mano de dominó, vuelve a aparecer un jetón que dice: “¿Qué opinas de Venezuela?”, con un “¿aaaah?” alargado al final de la pregunta que te alerta que tienes que tener cuidado para no decir otra burrada. Trato de “irme por la tangente”, como dicen, respondiendo que el ron es mejor en Venezuela que allá pero el paté no; o alguna otra estupidez que se me ocurre en el momento.
Sin embargo, el viajero vuelve a chocar con la sociedad venezolana cuando aplica la sensatez o la experiencia en el exterior a lo que sucede en el país. Como cuando, honestamente y sin ánimos de ofender a quien fuera, exclamé en casa ajena que habría que ser estúpido para creer el reportaje que pretendían pasar comparando a Augusto Pinochet con Chávez en Globovisión. Repentinamente, se apagaron las gaitas y hasta el perro de la casa me estaba mirando feo.
-Pero, Vicente, si es lo mismo -replicó la doña de la casa. ¿Qué podía hacer? ¿Qué se le dice a alguien que afirma -como lo escuché- que el gobierno de Venezuela es igual al gobierno islámico de Irán? Bueno, como no tenía muchas ganas de caerme a disparates, me callé y fui a la cocina a buscar rastros de LSD en el pan de jamón, la única explicación a la conversación que acabábamos de llevar a cabo.
Luego aparecen los problemas de afirmación, como cuando dices que si en Francia a alguien se le ocurre siquiera remotamente la brillante idea de secuestrar un barco petrolero “hasta que se vaya el presidente”, lo mínimo que le dan son veinte años de cárcel, si es que llega a sobrevivir al asalto donde hasta el S.S. De Gaulle le tiran encima. O señalas el contrasentido sin precedente en la historia mundial de afirmar “en el país no hay libertad de expresión”, valiéndote justamente de dicha libertad para hacerlo.
Se acaban los argumentos, se hipoteca la razón y aparece la segunda falacia: “Lo que pasa es que tú no estás aquí, por eso no entiendes”. Debe ser eso, debe ser que hay que “estar ahí” y derretirse el cerebro a punta de telenovelas para entender lo democrático de trancar una calle a la fuerza o cerrar locales comerciales. Exclamo mi indignación, y me responden que “no estoy allí”. Igualmente me pasa con mis amigos chavistas, quienes me explican que no entiendo “la arrechera” que les dio el paro petrolero y que se supone entonces que debo alegrarme cada vez que botan a un ingeniero o empleado de PDVSA porque firmó o dijo que opinaba de otra manera. Lamentablemente, cada vez los chavistas me aíslan más y se cierran sobre sí mismos, simplemente porque el “pueblo” no se va a Francia a estudiar Filosofía. Cosas de la vida.
Quisiera terminar entonces con una pregunta a todos aquellos que creen que “hay que estar allí” para entender las cosas, aquellos que creen que los franceses no opinan sobre Venezuela porque “no están allí” para ver los abusos del gobierno, en vez de pensar que tal vez, por primera vez en la vida, sea el resto del mundo el que tiene la razón y la sensatez y los venezolanos los que estamos delirando. Mi pregunta es, ¿dónde exactamente es que “tengo” que estar? ¿En Altamira, con mis amigos de oposición? ¿Es allí donde se ve la verdad de las cosas? ¿En Cotiza, en la mitad del barrio? ¿En Mamera? ¿Dónde exactamente es que “tengo” que estar para que lo que diga suene razonable? ¿Quién conoce la verdad de Venezuela, “lo que pasa” que yo no veo? ¿Mi amigo que va de Prados del Este a la Católica y de allí a Las Mercedes? ¿Él “entiende” al país?
Que yo sepa, la última vez que revisé, los argumentos y las opiniones eran independientes del “sitio” donde se emitan, sobre todo si se trata de algo tan objetivo como discutir una ley o un derecho a marchar, a manifestar, a hacer política. La única “verdad” de todo es que si seguimos así y nos ponemos necios (algo de lo cual sé bastante), nadie podría opinar de nada, ni del conflicto en Palestina, ni de la guerra en Irak, ni de la Seguridad Social en Los Estados Unidos de Norteamérica. La ridiculez no tiene límite, sigo empeñado en ser necio y decir que incluso alguien de New York no “sabe” lo que pasa en California y por lo tanto tampoco debería opinar. A fin de cuentas, ¿qué sé yo de algo? La segunda falacia me obliga a admitir que de lo único de lo cual puedo discutir es de mi casa, de mi calle y de mi trayecto de Metro, en el mejor de los casos.
Los venezolanos hemos logrado llegar a tal grado de estupidez discursiva que ya no existe ningún tipo de discusión. La gente se pone de acuerdo en una lógica consensual para ratificar sus obsesiones y delirios políticos. Apenas aparece alguien quien hace una pregunta sensata, se le acusa de pertenecer al otro bando, o cuando esto es imposible, se recurre a las falacias antes mencionadas para no aceptar, al igual que el cuento de las ropas del Rey, que estamos equivocados.
Esta es la traba política más importante a la cual se enfrenta la sociedad venezolana actualmente.
Vicente Ulive-Schnell
Cher sobrinit:
Acabo de leer uno de los más lúcidos análisis de la triste (i)realidad venezolana, con la cual debo enfrentarme, al igual que Ud., cada vez que hablo con un compatriota, ya sea chavista o antichavista, que están tan polarizados que creen que el mundo gira alrededor de Chávez (en sentido retrógrado unos, en el sentido de las agujas del reloj, los otros).
El día que los venezolanos comiencen a considerar seriamente la posibilidad de que sean ellos y no los otros los equivocados, creo que comenzará la solución del problema.
Mientras tanto, dediquémonos a la filosofía (aunque sea barata, como en mi caso) y disfrutemos lo que se pueda de este mundo imperfecto.
Muchos saludos de la Tía Chochy y por favor tome nota de mi nueva e-mail address.
Cariños,
Pepe
Tienes mucha razón de reaccionar ante esas falacias. Yo quisiera aportar una cucharadita de mi propia experiencia:
En relación a la falacia 1, que todo el mundo gira en torno a Venezuela. Nada más normal para el ciudadano que pensarse como centro del mundo, más cuando los medios de comunicación le refuerzan esta percepción. Eso mismo pasa en Francia, donde el ?euro centrismo? y los ?valores universales? se interpretan bajo los colores azul-blanco-rojo. Por supuesto lo de Venezuela es algo especial por ser una sociedad que ha sufrido una división profunda muy recientemente. O al menos una exteriorización de sus contradicciones. Y así resulta que maravillados por el proceso ? y desbarajuste ? en que se vive no se ve mas allá del ombligo.
Y bueno, si somos realistas, que los gringos solo piensen en ellos o que los franceses hagan lo mismo en cierta medida se explica por el hecho de ser potencias con mucho peso mucho mas allá se sus fronteras. En cuanto a Venezuela? todavía no hemos sabido encontrar un sitio en el mundo.
Por cierto que aquí en Francia los países de la región que la gente puede ser que conozca o sepa de oídas son Cuba, Colombia, México, Chile, Argentina y Brasil. Y es gracias a su cultura y sus expresiones diversas como la música, las artes plásticas, el baile, la gastronomía, o la ?revolución? que han logrado su lugar en el imaginario colectivo francés (o al menos parisino). Pero la visión caricatural del mundo que tienen los europeos es tema para otra discusión.
En relación a la falacia 2, tú no sabes por que no estas aquí:
Si en vez del ?tu no sabes? se dijera ?tu no has vivido esto? o ?tu ni tienes idea de lo que hemos pasado? no habría sujeto de discusión. El ?saber? que encierra esa frase sería ?Saber? con mayúscula, es decir vivencia, es haberse calado las inquietudes y zozobras.
Pero el ?saber? así con minúscula es solo prejuicio. Y de ahí a ?o estas conmigo o contra mi, pero a mi con filosofías no me vengas? no hay si no un pelito. Estas viendo Vicente que cuando se razona(¿) desde las emociones no hay tu tía que valga!! Lamentablemente lo único que queda es asomar por ahí que sí, que otra manera de ver las cosas es posible, pero que bueno, a lo mejor no le interesa a nadie hacer el esfuercito, no ahora, no así. Y que las Navidades son para pasarlas bien y no para que nos regalen explicaciones exóticas y mucho menos racionales.
hola Vicente,
juste quelques mots (en français, je suis paresseux ce matin, désolé) pour te dire que ton analyse "Dos falacias venezolanas" parue dans El nuevo cojo m’a presque fait hurler de joie. Enfin un texte sensé sur la politique vénézuélienne et le vénézolanocentrisme des chavistes et antichavistes.
Je suis moi-même confronté parfois à ce genre de questions : je suis journaliste (correspondant ici du quotidien Libération) et je donne aussi des cours à l’Alliance française de la Castellana (d’ailleurs, j’avais aussi déjà beaucoup aimé Historias de un Arrabal Parisino). mes élèves me disent toujours "Toi qui es journaliste, dis-nous ce qu’on pense du Venezuela en France". Je réponds toujours "Quand je dis en France que je vis au Venezuela, on me demande d’abord en général où c’est"
J’essaye aussi de faire comprendre aux chavistes que Chavez arrive peut-être encore derrière les mots "pétrole" et "miss" quand on dit Venezuela en France. Et j’essaye de ne pas m’énerver quand les gens de l’oppsoition -souvent mes élèves de l’Alliance- me disent que tous les Français sont chavistes, encore un mythe !!
Evidemment, comme je ne suis ni chaviste ni antichaviste, les deux camps me traitent de traître et sont persuadés que j’appartiens au camp d’en face.
Voilà, sinon, il fait beau à Sabana Grande !
A bientôt
François
en la primera falacia tienes completamente la razón. en la segunda, no tanto, porque "no estás aquí". Y cuando digo esto, no me refiero a los bandos en conflicto, sino a algo que va mucho más allá. Por ejemplo, ¿cuál es el problema con que Le Pen gane las elecciones en Francia? Yo, como venezolano, tendría muchas objeciones al respecto, pero al no tener vínculo emocional con el asunto, no podría sentir lo mismo que un francés. Creo que a esos vínculos emocionales se refiere la gente cuando dicen eso de que "tú no estás aquí" (dicho sea de paso, por el hecho de vivir la tragedia que vive -que aunque no lo creas, la división, la polarización, son tragedias- la gente no merecen ser tratadas tan peyorativamente como la tratas en este blog).
Gracias por tus comentarios. Sólo para aclarar, creo que a lo que hago ingenuamente alusión es al hecho de que los análisis (políticos, sociales u otros) se suponen exentos de emoción y objetivables; esto no es más que el principio cartesiano sobre el cual esta basada toda la sociedad occidental. La falacia se convierte en una aporía ya que es una regresión al infinito del tipo que trato de señalar, es decir, mis amigos chavistas que me recriminan que mis amigos de oposición no saben de lo que hablan ya que tampoco están ?en el verdadero? país. Básicamente, toda discusión se basa en la posibilidad de aislar y discutir los conceptos (a menos que sean fenomenológicos o metafísicos, pero esa es otra historia) por encima de cualquier emoción, ya que estas son personales e incomentables. Yo no puedo ser tenido por responsable en el hecho de que mi tía ?se arreche? cada vez que vea a Chávez, ella es responsable y libre de sentirse como quiera, igual que el francés ante Le Pen. Lo que no tiene sentido es decir que esa ?arrechera? le da una superioridad analítica más allá de la de cualquier otra persona; si así fuese, ¿qué sentido tendría citar a Platón, Allan Greenspan o Saramago en una discusión sobre Venezuela? Creer que no se pueden aplicar conceptos platónicos al discurso venezolano simplemente porque Platón no conoce a Chávez es antitético a cualquier principio discursivo; lo que quiero decir es que si se relativiza todo y se ancla en el discurso, pues bien, hagámoslo, pero de manera responsable: No podemos citar a la gente que habla mal de este u otro diciendo ?viste, el profesor tal de Cambridge dice que la economía de Venezuela es un desastre? cuando nos conviene para luego replicar ?Saramago no sabe?, cuando hace lo que sabe hacer, analizar y opinar.
Creo igual que una sociedad decadente que pierde valores tan básicos merece un sacudón, puede ser por eso que consigas el articulo tan virulento, me disculpo de antemano con los ofendidos pero la verdad es que no conoces a mi tía… 😉 No, en serio que creo que es irresponsable que la gente actúe de tal manera en Venezuela y no asuma sus actos o consecuencias. De allí el maltrato; respeto a quién se lo merece cuando se lo merece, pero alguien que compra armas y atún y se propone matar a cientos de otros el día de las elecciones en una guerra civil no puede ser sino víctima de mi desprecio. Puede ser poco cristiano, pero al menos es coherente, que es lo menos que me puedo exigir…
Un saludo cordial,
Escribe cuando puedas,
Vicente U.
no digo uqe no tengas razón. yo no tengo ese tipo de tías porque están en el bando contrario, pero sí tengo suegra ;). me interesa mucho ese problema del análisis desde fuera, las implicaciones de la frase "pero es que tú no estás aquí". te lo digo porque me toca de cerca esa experiencia, ya que viví mucho tiempo en un páis con ciertas condiciones especiales de polarización y si bien nunca me dijeron "tú no estás aquí", sí me dijeron "es que tú no eres de aquí". desde que vivimos en vzla un proceso similar de polarización, empecé a comprender por qué mis amigos de aquel país eran incapaces de hablarle a otro amigos ubicados en el bando contrario, o no se saludaban, etcétera. también recuerdo a kundera que en algunos pasajes de algunos de sus libros cuenta cu{anto hay de irracionalidad y emoción en el tema político. nada, sólo pensando en voz escrita.
saludos
Recomiendo
Una película: Before sunset: Lei las recomendaciones de Stokma y Sebastian. Me pareció de las historias de amor mas originales llevadas al cine, tejen la historia en una sola secuencia sin un beso y sin tirar. Filmada en Paris, las…
Hermano ud ha dado en un clavo.
Yo le digo y aclaro que no "SOY" chavista, mas si simpatizo con Chavez y este proceso que para mi no lo lleva a cabo el gobierno, no eso no (aunque suene a contradiccion) lo lleva la gente, incluso sectores de la oposicion.
Pana esas clavo al que le diste es la respuesta mas acertada para el que se pregunte del porque chavez gano el RR por palo.
Existi un pais de fantasia y uno real, el real con todas sus contradiccines y peos, era menos inmoral que el de la fantasia y un 15A le dio tremenda cachetada.
Pero lo malo mano es que de un tiempo aca el "debate" se ha perdido, no hay discusion por ningun lao y es lamentable.
de quien es la culpa? la lista es larga, tiene 25 millones de nombres.
Saludos y bienvenido a VB.
esta bueno este post.. me gustaria conocer a tu tia Gertrudis lol estoy muy deacuerdo contigo en muchas cosas..
Salut mec, et bon sejour a Paris..
Estoy aquí por la recomendacion que hizo Caribe en su blog sobre este blog y me llevo una grata sorpresa. En primer lugar, amo a Francia, sin saber por qué razón (creo que el amor no hay que entenderlo, si no sentirlo). En segundo lugar por la manera tan LUCIDA y racional con la que explicas la realidad de este HERMOSO país (a pesar que "no estés aquí") Hace 7 años y medio dejé la amada selva de concreto y me vine a este pedacito de tierra divina. Aunque estoy en el mismo país, me pasa lo mismo, en Caracas soy ya "La margariteña" y en la isla soy "la navegada"… sucede que en la isla, todos con los que hablas de tierra firme, te preguntan: "y cómo está el peo alla?"…
-"Qué peo?" pregunta uno con el ceño fruncido
El político!!!!
Lo cierto es que aqui casi la gente ni se entera de lo que está pasando… me limito a decir: "Margarita es otro país"
Quiza solo sea el mio, hay chavistas racionales, lo mismo que opositores… Las "etiquetas" son para los fanaticos y los que no tienen ni un ápice de vision de la realidad… son algunos son Chavistas por lavado de cerebro… otros son opositores y cuando le preguntas: POR QUE??? sólo sale de sus labios: "Pero es que no lo has visto?"
JELOUUUUU!
En fin, tener el mar tan cerquita es sabroso
Vaya me sorprende realmente tu apreciacion sobre nuestra situación política. Es extraño escuchar una posición neutral en medio de una marea de gente que se debate en encontrar la forma ya sea dialecticamente o fisicamente de aniquilarse.
Me solidarizo profundamente con tu posición, aunque nunca nos conoceremos dejame felicitarte.
El ser una persona que cuestiona los dos absurdos (como a mi me gusta llamarlo) siempre lo coloca a uno en el ojo del huracán, creo, que lo peor que puede ocurrirle a alguno de los más frevientes representantes de las "tesis" Chavista o Antichavista es encontrar un elemento extraño "no etiquedo" que genere una contradicción por no poder catalogarlo como enemigo ni amigo "sino todo lo contrario"….
Es agradable saber que todavía queda espacio para atreverse a pensar..Vale!!!