Reunion con mi tutor…
Bueno, les escribo para contarles la surreal reunión con mi tutor la semana pasada para discutir la tesis. Yo le había entregado unas cuarenta páginas para que las corrigiera, más que todo buscando su opinión y bibliografía suplementaria. Después de poder fijar una cita -lo cual me llevo tres semanas, ocupado, el tipo- llegué a la Universidad, un poco desconcertado sin saber qué hacer cuando me preguntase lo que fuera de la tesis. Me senté delante del maestro, a lo cual él comenzó haciendo unas observaciones generales sobre la forma en la cual debería proceder, básicamente lo opuesto de lo que yo estaba haciendo, yendo de la teoría al concepto y no al revés ; pero bueno, lo que más me impactó fue cuando se dirigió a mí y me dijo, siempre francés, siempre parco y serio : « Es una idea muy buena, tu concepto. Lo único que te queda por hacer es escribir un sistema filosófico alrededor de ella ». Francamente, pensé que bromeaba hasta que me recordé que en Francia no se bromea a menos que sea en torno a la cosecha de vino del año tal u otras referencias, en el mejor de los casos, intelectuales. Total que yo estuve a punto de responderle, ” ¡ah! ¿Solamente construir un sistema Filosófico? Y yo que pensaba que un doctorado era difícil…” Pero no me dio tiempo de salir con la desfachatez latina, porque Poulain siguió con un estilo que lo caracteriza, a saber, que le da por hablar todo el tiempo en imperativos, como si fuera la voz de Dios salida de un evangelio. Me señaló y dijo: “Escribirás un capítulo durante las vacaciones”, y cuando le pregunté por donde había que entrarle a la cosa ya que lo mío debía rehacerse, me respondió, “Fácil. Tienes que volver a Wittgenstein”, como quien dice que tienes que agarrar el Metro en Plaza Venezuela, como que “volver a Wittgenstein” fuese cosa de sentarse un fin de semana y listo. Total que no podía decir nada, pero para aumentar la intriga, el profe me volvió a señalar y dijo, con una voz grave que me recordó a Max von Sidow en el Séptimo Sello: “Ellos te seguirán”. Y cruzó los brazos y se calló. Y yo pensando en Kevin Costner en Field of Dreams, si lo construyes, etc. Me guardé la analogía, estimando a Poulain un poco ignorante en lo que a la carrera cinematográfica de Costner se refiere. Dije algo estúpido como “Ah, bueno”, agarré mi texto y me fui, agarrando por el pasillo que “volvía a Wittgenstein” no sin antes beberme tres cafesex.
Asi que aquí estoy, frente a la computadora, tratando de pensar qué diablos escribir para que “ellos” me sigan, siempre recordando que al último que siguieron terminaron por crucificarlo, destino no tan malo si no fuera porque dos mil años más tarde vino Mel Gibson a hacerlo película. A mí, que me crucifiquen, sí, pero si me van a hacer una película, nada por debajo de Goddard, por favor.
Suerte por allá, un saludo y espero aunque sea les alegre el saber que después de parir tres capítulos volvemos a Go sin cobrar doscientos. Ni modo. Se despide, un neo-wittgensteiniano, V.