El miércoles, la ciudad se convirtió en un total caos. Entre la gente buscando entradas y los fanáticos pasando como aves de rapiña por París, la liga de campeones requirió una organización detallada para contener a todo este gentío.
Las calles y los Metros estaban atiborrados. La gente que vive al norte, hacia donde está el estadio, tenía que esperar dos y tres metros antes de poder montarse. En los alrededores del estadio y en los sitios internet más populares, se subastaban boletos para el partido entre el Barça y el Arsenal, entradas que costaban 600 Euros en promedio, cuando el precio original era de ciento cincuenta.
Mientras más se acercaba el día, más crecía la desesperación; según los noticieros, pobladas de fanáticos se reunían en el estadio en busca de los preciados boletos. Precio de una entrada el día de la final: mil euros. Según reportaron, un fanático que compró sus tickets en VIP en Enero -esperando ver a Lyon en la final- los consiguió en mil euros en taquilla, con derecho a parking y bar (como todo ticket VIP). Vendió cada ticket en 4 mil y según confesó, se compró una televisión de plasma para ver la final.
Pero la gente que no tenía nada que ver con el partido también le vio los efectos a los 20 mil fanáticos del Arsenal que descendieron como una tromba sobre la ciudad. En Montmartre, a las 6 de la tarde, nos cruzamos con un prototipo hooligan, como sacado de película: Alto, cabeza rapada, lipón y con una cerveza de medio litro en la mano, parado en medio del tráfico gritando insultos en inglés: “You fucking wankers!”, y desafiando a los peatones. Grupos de esta gente cantaban en el Metro -el himno del Arsenal, supongo-, y no crean tampoco que los grupos de fanáticos del Barça eran mejores o menos borrachos.
Las calles de Pigalle (el barrio rojo) hicieron su agosto. Bien es sabido que esta gente consume dos cosas: cerveza y sexo pago. Así que digamos que estimularon la economía subterránea local.
Al día siguiente, los resultados eran menos caóticos de lo que uno pudiese esperar en un evento donde caben 70 mil personas: Solamente un fanático del Arsenal, desesperado y sin boleto, trató de escalar las rejas del estadio y, como estaba borracho, terminó empalado en dicha reja. Los bomberos tuvieron que sacarlo y llevarlo de emergencia. Sino, aparte de eso, se puede decir que la organización fue impecable: Hubo basura, latas y botellas, pero ningún muerto o herido (aparte del genio mencionado arriba) y al final, cuando se tiene en cuenta que son 70 mil personas siguiendo el evento, hay que admitir que se administró bien.
Será hasta la próxima copa en París.
Un abreboca de lo que le espera a los teutones.
En parte fué bueno que no salieramos favorecidos en el sorteo de los tickets para el Mundial. No estoy segura si mi cuerpecito cuarentón podría aguantar tantos revolcones y caminaderas….
slds ♥
Hola Vicente en respuesta a tu comentario en mi blog 🙂
La música en general es un tema que me apasiona demasiado.
High & Dry es mi tema favorito de Radio Head. Un sonido exquisito y una exclente formula la de este grupo: unir melodias limpias, ruido de guitarras, sonido acústico junto a líricas desgarrantes creando ese efecto tan sensible y profundo ?un nudo en la garganta? dejándonos en un estado de completa melancolía.