Ningún viaje por Francia puede estar completo sin una visita a una buen viñedo o cava de vinos.
Dejamos lo mejor “para de último”, como dicen. Recorriendo la región de Montlouis, exploramos algunas cavas de vino y hablamos con los propietarios. Esto es un excelente recorrido. No se imaginarían la cantidad de distribuidores que se pueden encontrar; en una sola calle pequeña puede haber cinco propietarios, uno al lado del otro
Lo más interesante es que la mayoría de los depósitos o cavas están incrustados en la montaña. Esto hace que la temperatura se mantenga estable durante todo el año, en invierno o verano, alrededor de los 15°C, lo cual es ideal para los vinos. Además, si recorren bien la región también verán a los famosos “trogloditas”, gente que construye sus casas metidas en la montaña también.
La mayoría de estas cavas hacen un mini-museo o recorrido en el cual se pueden ver las máquinas y utensilios usados para extraer el vino, embotellarlo, conservarlo y todo lo demás. Algunos permiten visitar sus depósitos, donde inmensas torres de botellas, algunas colocadas en ángulo para conservarse, decoran las paredes.
El mejor vino de la región es el blanco, y tienen un rosado que también “se deja beber”, como dicen los conocedores. En fin, este es un viaje excelente, que se puede hacer sin nada ya que se puede degustar sin tener que estar obligado a comprar una botella. Es, de hecho, lo que todo el mundo hace. En algunas cavas incluso pudimos hablar con el dueño, quien nos explicó los problemas del mercado mundial de vinos, los controles que le hacen y la diferencia entre barricas de madera y de hierro.
Al final, habré visitado unas 7 casas diferentes, y compré una botellita de la que más me gustó. Toda una experiencia… ¡Salud!
Estan bien depinga estas fotos. Hago una nota mental para cuando viajemos el año que viene, estamos planeando visitarte si es que todavia estas alla.
Vicente vengo a menudo a leerte en tu blog, pero debo confesarte que cuando más lo disfruto es cuando has hecho un viaje. Me engancho con tus explicaciones apoyadas en las buenas fotografías.
Lindo viaje, qué castillos, qué jardines, los vinos… excelente!
Yo que nunca he saltado el charco (como decimos aquí) no pierdo la esperanza, algún día.
K.-