El desastre norteamericano

“En la victoria del dos de noviembre no sólo perdió John Kerry, sino toda la izquierda del mundo. Pasarán décadas antes de que podamos revertir el daño ideológico, religioso y económico que Haliburton y sus secuaces piensan infligir a nuestro planeta”.

La victoria de George W. Bush representa la destrucción de todos los proyectos de la izquierda americana: la acusación de Michael Moore y los suyos de que el presidente no había sido legítimamente elegido, el sueño de verlo imputado o implicado gracias a la comisión de investigación del 11/9 que rinde cuentas en 2005 y finalmente, el juicio histórico que etiquetaría a George W. Bush como el “peor presidente de la historia de los Estados Unidos de Norteamérica”.


En cambio, la situación se agrava. El presidente ya anunció que pedirá al congreso más dinero y tropas para la guerra, el déficit monetario que arrastra a todo el planeta hacia la misma suerte seguirá aumentando y lo peor, el presidente Bush tendrá la potestad de escoger dos jueces a la corte suprema de justicia, jueces que serán, para horror de la izquierda, ultra-conservadores republicanos.


No sé cómo se podría confederar a una nación arrancada en dos pedazos, mucho menos un mundo totalmente dividido en dos visiones: las dos costas, oeste y este, demócratas, multilateralistas y liberales y el centro de los USA, republicanos, de visiones imperialistas unilaterales y totalmente religiosos.

En la victoria del dos de noviembre no sólo perdió John Kerry, sino toda la izquierda del mundo. Pasarán décadas antes de que podamos revertir el daño ideológico, religioso y económico que Haliburton y sus secuaces piensan infligir a nuestro planeta.

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