Me invitaron a una… bastante rara, debo decir.
Despedida de soltero a la francesa
Las diferencias culturales se manifiestan, sobre todo, en las famosas despedidas de soltero. Un amigo que vive en Filadelfia me relató con soltura la salida que hicieron -todos casados, menos el novio del momento- a un bar de strippers para encarnar el sueño capitalista atorrante de cualquier rappero: Alcohol, mucho alcohol y “catiras bien desnudas”, como dicen los vagos y maleantes.
Cada quien se hará su opinión sobre lo divertido que puede ser, pero no pude sino recibir con algo de inquietud la invitación que me hiciera un francés a la despedida de soltero de Johann, un amigo sueco. Johann es chévere, aunque sueco, o sea que tiene un aire de psicoanalizado que lo hace parecer como si estuviese dormido todo el tiempo. Con Johann, te da la impresión de que si un carro le aplasta el pie mientras camina por la calle, la única reacción que tendrá es decir “Aaaay”, como el perro Droopy.
Pero bueno, como siempre he sido un tipo sociable, decidí darle un chance a la invitación, con altas expectativas de que no fuese yo el que pagara el alcohol o las eventuales strippers. Así que me llamó David, el encargado de la organización, para preguntarme qué opinaba y cuándo tenía un momento libre.
-Depende de lo que vayamos a hacer -respondí- pero yo tengo algo de tiempo, sí.
-Bueno, hay dos opciones. La primera, es que vayamos de bar en bar y disfracemos a Johann. Es una práctica muy francesa que consiste en ridiculizar al que se casa.
-¿Ah, sí? -Repliqué. Y fue en ese momento cuando me acordé de la foto que tomamos en Saint Malo durante las vacaciones del 2003, cuando cruzamos a un pobre que lo habían disfrazado de cochinito:
…esa es la idea general. No muy convencido, y dudando del histrionismo de Johann quien probablemente no sonreiría en toda la noche, esperé la segunda opción. David me dijo:
-La otra opción es ir a un sitio todos y pasar el día.
-¿Ámsterdam? -Pregunté yo, ni pendejo.
-No, EuroDisney -concluyó David. Esperé el “¡swás!, ¡te engañamos!”, pero créanme que nunca llegó. Era en serio. Realidad horrible, pero seria y realidad al fin.
Yo le expliqué a David que primero muerto antes que darme a pasear por EuroDisney, of all places, con un pila de manganzones sufriendo de “afectividad aplanada”, o sea, que no manifiestan nada. Traté de razonar hacia mi lado, diciendo que era inconcebible no pensar en alcohol en una despedida de solteros y que me oponía a caerme a algodones de azúcar todo el día.
Mi táctica no funcionó. Ahora estoy esperando el correo electrónico de los demás (espero que vetando la iniciativa), para que podamos al menos ir a un Irish Pub, Dios mío, porque, ¿cuánta “diversión” puede haber en EuroDisney?
Estos franceses….
Jajaja, la verdad no te envidio 🙂 una despedida de soltero en EuroDisney debe ser tan aburrido como las fiestas de Independence Day en esta vaina….como que sonaba mejor la rajadera de caña con las catiras bien desnudas (si ya se está desnudo, se puede estar BIEN desnudo?)
Nada erótico imaginarse a Minie y a Daisy desnudas bailando You can leave your hat on….
Coño! si me hiciste reir!
Si Disney es una ladilla no me quiero imaginar en EuroDisney jejeje y ni siquiera es Epcot donde podrías caerte a palos en cada pabellón! Cuando viví en Orlando (una ladilla) mis amigos que trabajan en Epcot hacian un Driking Around The World es decir nos paseabamos por todos los pabellones y tomabamos la bebida típica de cada país, senda pea!
Yo sólo buscaba una definición científica de "afectividad aplanada" y me he encontrado con ésto… xDD
Un saludo a todos.