Esperamos que haya futuro para una de las bandas más importantes de Venezuela en los años 80 y principio de los 90…

Todavía hay Desorden Público
Escápate conmigo…
Artículo aparecido en El Nuevo Cojo Ilustrado, 2005.
Desorden Público es sin duda una de las bandas míticas de Venezuela, pionera del más importante proyecto Ska del país. Esta banda logró, a través de tres discos (En Descomposición, 1990; Canto popular de la vida y muerte 1993; Plomo Revienta, 1997) establecer una influencia indudable que los convirtió en una especie de versión venezolana de The Police, aquél tipo de banda que siempre será nombrada y citada por los que vienen después.
Sin embargo, después de Plomo Revienta a finales de los noventa, Desorden Público pareció comenzar a despedazarse, lanzados a una caída libre bastante decepcionante. La banda había nacido del ska y la movida punk underground caraqueña para comenzar a incorporar, cada vez más, influencias más tiradas a lo latino. Incluso en éste excelente disco (Plomo Revienta), las tendencias ya iban desde la cumbia, la salsa, el boogaloo, el merengue y la percusión afrovenezolana, hasta el soul, el jazz y el funk. Desorden parecía ser una de esas bandas que, de tanto reinventarse, había caído en el agotamiento.
La verdad es que la continuación fue algo bochornosa. Obligados por la disquera, tuvieron que sacar un disco en 1999, acudiendo, como suele suceder, a un “recopilación” de temas anteriores. Este disco se llamó “¿Dónde está el futuro?”, un designio apocalíptico que parecía obligar al oyente a responder, “si seguimos así, pues será en Los Amigos Invisibles, porque de Desorden no queda nada”. Patético pues, para un fan de la banda, escuchar la versión mediocre de “Skápate” en acústico, con Horacio (voz) Caplís (bajo) y Danel (percusión) haciendo lo que podían como para rellenar surcos.
De todos modos, a la banda le faltaba humillarse más. Botados de la disquera -o renunciando, qué más da- se les ocurre firmar con Manuel Guerra, of all people. Para quien no recuerde, la plantilla de Guerra Records está conformada por la banda pueril Salserín y un grupo de Regguetón llamado Cuentos de la Cripta. Compañero oyente, si eso no es escoger mal, usted dirá. Entonces pasó lo que tenía que suceder: sacaron el disco “Diablo”, un intento de reencauchar sus fusiones anteriores, esta vez sobrecargadas e insoportables. Añada a eso la peor carátula de disco de todo el año 2000 en Venezuela, y saque sus conclusiones.
De ahí en adelante, todos pensamos más o menos que Desorden había muerto. Siempre hubo las apariciones públicas en festivales y conciertos, pero a nadie en su sano juicio se le hubiese ocurrido apostar por el futuro de los desordenados.
Fue entonces con una sensación de acudir a un entierro que asistí el 29 de Diciembre pasado al local La Belle Epoque, en Caracas, a ver lo que para mí era sintomático del fin: una banda que había tocado ante cientos de miles de personas (La Carlota, 1998) y compartido escena con bandas como Paralamas, Café Tacuba o Fishbone, tocando en un local del tamaño de la sala de mi casa. No sólo eso, sino que de la plantilla original nada más quedaban Horacio, Caplís y Danel (mencionados arriba) ya que Oscarelo (percusión) y Coco (teclados) estaban de vacaciones para ser suplidos y reforzados con invitados.
Pero bueno, qué carrizo, en Caracas tampoco es que hay miles de vainas que hacer, así que fui. El concierto estaba pautado para la media noche, a veinte mil bolos la entrada. Fuimos como a las diez y media, nos bebimos unas frías y nos instalamos a ver a los panas tocar.
Los chamos de Desorden se dieron postín. Alguito. Eran la una y cuarto de la madrugada, y todavía nadie daba señas de remotamente querer tocar. El público comenzó a impacientarse, especialmente con los precios de las bebidas, bastante caras, y el hacinamiento que comenzaba a instalarse.
Sin embargo, cuando finalmente salieron los Desorden-con-plantilla-reducida, con más invitados que banda, tengo que admitir que me callaron la boca. Si usted era de los que como yo, se compró el malhadado disco del diablito para luego patearse en la cabeza por su estupidez, déjeme decirles que hay algo que hemos olvidado: Desorden es tremenda banda, con una trayectoria y una escena envidiables, capaces de tocar desde una tarimita o desde un estadio completo.
Desorden tiene fuerza, Desorden tiene garra, y a pesar de lo golpeado que han estado estos últimos, hmm, siete años, todavía hay banda para rato. El concierto abrió con “Políticos paralíticos”, para encadenar con “El día que prohibieron la violencia y el sexo en la tele” y pasar por casi todos los clásicos. No sólo eso, sino que la banda tocó durante cuatro horas, algo pocas veces visto.
En todo caso, el 2005 es el vigésimo aniversario de Desorden Público. Van a sacar un disco nuevo y lanzar una gira nacional; por el bien de todos esperamos que hayan dejado a Manuel Guerra tranquilo con su baile del perreo y se hayan dedicado a hacer la música que sabemos que pueden hacer, sin mezclas extrañas ni fusiones complicadas, puro Desorden del verdadero.
Vicente Ulive-Schnell
Compadre: Difiero burda de tu opinión, creo que estabas algo pelado, peeeero, entre gustos y colores.
la verdad que yo estoy de acuerdo en que tuvieron una epoca malisima… la canción de "E Gorilon" me parecio y me parece patetica